La ministra australiana del Interior, Karen Andrews, negó este viernes que el tenista serbio Novak Djokovic estuviera «cautivo» en el país mientras resolvía sus problemas para intentar entrar y poder jugar el Abierto de Australia después de que se le negase el visado el pasado miércoles porque la exención médica con la que había viajado no cumplía con los requisitos obligatorios.
El número uno del mundo tendría que haber abandonado el jueves Australia, pero sus abogados solicitaron una apelación y un juez aplazó el caso hasta el lunes y prohibió a la Fuerza Fronteriza Australiana (ABF) deportarlo antes de las 16.00, hora australiana, según los medios locales.
«El señor Djokovic no está cautivo en Australia, es libre de irse en cualquier momento que desee y la Fuerza Fronteriza le facilitará realmente eso», aseveró Andrews este viernes a la emisora nacional ‘ABC’.
La ministra también confirmó que la ABF estaba investigando los visados de otros dos tenistas no vacunados que han viajado para jugar el Abierto de Australia y, preguntada sobre si se estaba dejando señalado al de Belgrado, se limitó a recalcar «el enfoque de múltiples capas» para verificar la entrada en el país y que se puede pedir a las personas en cualquier momento que proporcionen pruebas para demostrar que son elegibles para ingresar a Australia.
El padre del jugador, Srdjan Djokovic, acusó el jueves al gobierno de Canberra de encarcelar a su hijo y querer «humillarlo», mientras que el presidente serbio Aleksandar Vucic afirmó que el jugador fue víctima de «persecución política» por parte del gobierno australiano.
Este caso ha desatado mucha polémica y no ha sentado bien a las autoridades de Serbia, que ha mostrado su apoyo al tenista. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Serbia presentó este jueves «una protesta verbal» al embajador de Australia en el país por el «trato inapropiado e inhumano» que Djokovic estaba siendo «expuesto en Melbourne».