Este viernes Australia anuló por segunda vez el visado del jugador numero uno de tenis, Novak Djokovic, al argumentar que es por motivos de «salud y orden público», no obstante, hasta que la justicia no se pronuncie no será deportado.
Djokovic, de 34 años, aspira a lograr su 21 triunfo en un Gran Slam en el Open de Australia, que comienza el lunes, con lo que superaría al español Rafa Nadal y al suizo Roger Federer, ausente por lesión.
El ejecutivo del primer ministro Scott Morrison está «firmemente comprometido en la protección de las fronteras australianas, sobre todo en este contexto de pandemia del covid-19», afirmó el ministro de Inmigración, Alex Hawke, en un comunicado.
Para Morrison, esta medida salvaguarda «los sacrificios» hechos por australianos durante la pandemia, en uno de los países que ha aplicado las restricciones más severas del mundo para frenar la propagación del covid-19.
Tras esta anulación del visado, el serbio puede tener prohibida la entrada al país durante tres años, excepto bajo ciertas circunstancias.
Pero en un nuevo giro de esta saga judicial, el tenista desafió esta decisión en una audiencia de emergencia el viernes por la noche.
El abogado de Djokovic, Nick Wood, reclamó que se bloquee su expulsión y pidió que se le permita seguir fuera del centro de detención mientras dure el proceso.
«Estamos muy preocupados por los tiempos», dijo Wood ante el juez, cuando faltan tres días para que comience el Open de Australia.
Inmediatamente, las autoridades australianas decidieron suspender su deportación y anunciaron que no será conducido a un centro de retención antes de que se reúna con las autoridades migratorias el sábado.
Información AFP