La dirigencia del chavismo multiplicó este miércoles sus llamamientos a la unidad, advirtiendo contra quienes desde dentro quieren «torpedear» el proceso «revolucionario» ante la ausencia del presidente Hugo Chávez, hospitalizado en Cuba tras la cuarta operación contra un cáncer.
«Debemos ir con cuidado con el enemigo externo, que es poderoso, pero también con el enemigo interno, que ha creído siempre que el comandante Chávez es una transición en este proceso, que después de que salga Chávez es cuando viene la verdadera revolución», alertó el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, durante la toma de posesión de la gobernadora del estado de Delta Amacuro (este), Lizeta Hernández, días después de las elecciones regionales del 16 de diciembre, en las que el oficialismo conquistó 20 de las 23 gobernaciones.
Según el presidente de la Asamblea Nacional, el «enemigo interno» manda a sus «agentes extranjeros» para «tratar de dividir a la unidad revolucionaria».
«No nos van a poner a pelear, ni a mí, ni a (el vicepresidente) Nicolás (Maduro), ni a Rafael Ramírez (ministro de Energía y Minas), ni a Cilia (Flores, procuradora general del Estado), ni a Elias (Jaua, exvicepresidente), ni a Adán Chávez (hermano del presidente y gobernador del estado de Barinas, oeste), ni a ninguno de las Fuerzas Armadas», precisó Cabello.
Después de que Chávez partiera a La Habana, varios miembros de la oposición señalaron una presunta división y luchas de poder dentro del chavismo, entre ellos el líder opositor y gobernador de Miranda Henrique Capriles, quien en el cierre de campaña de las regionales aseguró que la unión en el oficialismo «es una fachada».
En la misma dirección, Maduro, designado por Chávez como su heredero político en caso de que él quedara inhabilitado, apuntó más temprano que «nunca el divisionismo ha sido revolucionario, siempre el divisionismo es contrarrevolucionario».
«Cuando hay una línea central validada por el líder comandante de la revolución, nadie puede abrogarse el derecho a pretender dividir esas bases de las fuerzas revolucionarias», a pesar de que Chávez se encuentre fuera del país, lanzó Maduro durante el acto de asunción de la gobernadora de Falcón (noroeste), Stella Lugo.
«Nosotros tenemos que hacer un trabajo de reunificación desde abajo, dejar cualquier cosa que tengamos que dejar, el orgullo, el falso orgullo, la prepotencia», advirtió el vicepresidente venezolano, para quien la división interna del chavismo «favorece la fuerza enemiga».
Chávez debe regresar a Venezuela para asumir el 10 de enero una nueva presidencia para un mandato de seis años, como estipula la Constitución, pero oficialismo y oposición no descartan que la fecha sea atrasada en función de la recuperación del presidente, operado por cuarta vez el 11 de diciembre desde junio de 2011.
AFP