Cuando somos víctimas de una relación conflictiva o de un vínculo que tiene sus horas contadas, algunas mujeres podemos creer que salir con otro ayudará a que dejemos de amar a quien ha sido nuestra pareja por un tiempo significativo.
En circunstancias como las descritas, se vive en un estado de desconcierto que lleva a cometer errores, los cuales, luego, pueden mucho pesar cuando se cae en brazos de un nuevo amor para olvidar una pasada relación, pero no se obtiene el éxito esperado, porque cuando una persona se separa de otra tiene que transitar por un período de duelo para aquietar los sentimientos mientras entiende porque esa relación llegó a su fin.
A pesar de lo anterior, hay quienes no saben cómo manejar la soledad y buscan otra relación para volver a sentirse amados, pero existe la probabilidad de que vuelvan a abrigar de nuevo un vacío que creían haber llenado.
1 Atracción fulminante
Eleonora tiene el cabello claro, los ojos marrones acaramelados y una mirada clara que se convierte en signo de su pureza. Usa una melena no muy larga. Es atractiva, relativamente joven y sumamente sincera. El caballero se llama Efraín, de cabello marrón oscuro, ojos color miel, mirada dulce, medianamente alto, no muy delgado, y con un ego tan machista que a simple vista sobresale.
Cuando se conocen, los dos sienten una atracción tan fulminante que nubla sus sentidos. Se toman de las manos y no se las sueltan en toda la noche. Si bien parece increíble, aunque de corta vida, existen sentimientos y sensaciones mágicas. Ellos piensan al unísono: “No se puede sentir semejante atracción por alguien”.
A pesar de lo anterior, a veces, es tanta la pasión que termina causando más dolor y confusión que ratos de alegría, sobre todo cuando uno de los dos se sumerge en ella para olvidar a quien, por alguna razón, le causa profundo dolor, así que cree que ese instante en que el sentimiento de pasión lo embarga se volverá eterno, o si no, por lo menos, durará lo suficiente para sacar de su mente y corazón a quien se le entregó demasiado y no supo apreciarlo.
2 Sensaciones efímeras
Esa noche Eleonora y Efraín deciden dar rienda suelta a sus emociones. Luego, ella se arrepiente, es una entrega en la que no hubo amor sino deseo ardiente. Aunque a ella le atrae Efraín, ama profundamente a su novio, pero no quiere seguir sufriendo por éste. Entonces, prefiere dejarse llevar por sensaciones efímeras que enfrentar la realidad que marcan sus sentimientos.
Una tempestad atraviesa por su corazón que le niega su espacio vital a su mente. Aquél que parece ser un buen partido, se convierte en una pesadilla para Eleonora que, en un ataque de sinceridad, comete un gran error y le confiesa su compromiso con otro hombre, pero agrega que esa relación no tiene futuro. No obstante, Efraín se siente usado por una mujer que sólo lo busca una noche para olvidar a otro, para sacarlo de su mente, corazón y sentidos, sin importarle que él pueda salir lastimado en ese juego en que empezó a participar pero sin su consentimiento.
Después de compartir unas horas de emoción, Eleonora escapa y deja solo a su amante. Al día siguiente, decide hablar con Efraín, pues, no quiere lastimarlo. No obstante, el daño está hecho. Como su ego está deshecho, Efraín ya no la perdonará. Se siente como plato de segunda mesa, en fin, utilizado.
Quedan en verse por segunda vez para darse otra oportunidad, pero surge un nuevo incidente que los vuelve a separar, lo cual demuestra que ellos siempre serán como el aceite y el vinagre, que el uno no está hecho para el otro, aunque a primera vista lucen como una bonita pareja.
3 Arrepentimientos de última hora
Una vez que se cansa de tanto sufrimiento, Eleonora se vuelve ilusa cuando lucha afanosamente por querer cambiar el profundo amor que siente por su novio mientras se plantea la posibilidad de tener algo estable con Efraín. Intenta mantener el contacto con este nuevo amor, pero está consciente de que continúa amando a su compañero sentimental, José, a pesar de los problemas que atraviesan y de que esa relación tiene más contras que pro, porque, por algunas insulsas razones, la familia de José se opone frontalmente a ese vínculo mientras que él no lucha lo suficiente por consolidar su amor con Eleonora.
Eleonora lo intenta por tercera vez. Llama a Efraín y le pide que sean amigos hasta que ella esté segura de la decisión a tomar. Él tan solo le sigue la corriente. Luego, ya calmada, descubre que su unión con José atraviesa circunstancias duras pero que parecen superables. Le costó aprender la lección. Los errores salieron caros.
Como José dice que ama sinceramente a Eleonora estará dispuesto hacer lo necesario para salvar ese vínculo amoroso. Ella siente en el alma haberle sido infiel, o por lo menos no haber acabado aquella relación antes de involucrarse con otra persona.
Asimismo, Eleonora descubrió que la atracción por sí sola nunca conduce a algo provechoso, así que decide que si esa unión termina, se tomará tiempo antes de caer en brazos de otro amor, para recuperar el aliento y la esperanza de ser feliz por lo menos unos cuantos ratos con quien la valore un poco más que José y haga lo necesario para conservar la unión de ambos sin resquemores.
¿Tratando olvidar a uno en brazos de otro?
Caer en brazos de uno, amando a otro, es huir de las dificultades. En vez de hacer desaparecer lo que sentimos por quien queremos, ser infiel puede lastimarnos dañando nuestra autoestima, la de quien utilizamos para olvidar como también a quien queremos de veraz.
La infidelidad no siempre es sinónimo de desamor. En cambio, sí lo puede ser de la incomprensión y de la necesidad de escapar de un sentimiento que se confunde con frustración y con la incertidumbre de un futuro compartido pero, como el verdadero amor supera cualquier crisis, es mejor esperar que las emociones se calmen antes de caer en amoríos pasajeros, o darse un descanso antes de otro romance.
La voz de la mujer
Isabel Rivero de Armas
isabelrivero7@hotmail.com
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