Los vientos extremos de la tormenta atlántica Eunice, una de las más potentes que ha sufrido el Reino Unido en las últimas tres décadas, paralizaron este viernes la mitad sur del país y causaron al menos tres muertes en Inglaterra.
Cientos de vuelos y trenes fueron cancelados durante la jornada, numerosos edificios sufrieron daños y cerca de 200.000 hogares se quedaron sin electricidad.
La Oficina de Meteorología británica (Met Office) registró en la isla de Wight la racha de viento más enérgica medida hasta la fecha en Inglaterra (122 millas -o 196 kilómetros- por hora), superando un récord que se remontaba a 1979 (189 kilómetros por hora, en Cornualles).
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, pidió a los ciudadanos que evitaran salir de casa y pospusieran cualquier viaje no esencial. Con todo, una mujer de unos 30 años falleció al caer un árbol sobre su coche en el norte de la capital, según informó la Policía Metropolitana, y al menos otras dos personas sufrieron heridas por árboles y objetos desprendidos por el vendaval en Londres.
En la zona residencial de Netherton, al norte de Liverpool (Inglaterra), un hombre de unos 50 años murió después de que un objeto golpeara el parabrisas de su vehículo mientras conducía, mientras que un joven de unos 20 años falleció al chocar su furgoneta contra un árbol caído en Hampshire (sureste de Inglaterra).
El aeropuerto de la City londinense, así como dos de las principales estaciones de tren de la capital, Euston y Waterloo, suspendieron todas las salidas y llegadas para evitar incidentes, mientras que en Gales se habían cancelado ya todos los trayectos ferroviarios desde el jueves por la noche.
Los aeropuertos de Heathrow y Gatwick se mantuvieron operativos, aunque más de 400 vuelos se cancelaron a lo largo del viernes, y en los medios y redes sociales proliferaron vídeos de aviones con problemas para aterrizar por los fuertes vientos.
DAÑOS EN ESTRUCTURAS
El fuerte viento destruyó una parte importante de la cubierta del emblemático pabellón O2 Arena de Londres, con capacidad para cerca de 20.000 espectadores, de donde fueron evacuadas por la mañana cerca de mil personas, sin que se registraran daños personales.
Esos daños han obligado por el momento a cancelar el concierto de la banda Fugees que estaba previsto para esta noche en un pabellón que suele programar numerosos eventos deportivos y culturales.
Otras grandes estructuras, como el Puente del Milenio, que cruza el Támesis a su paso por Londres, y la cubierta del estadio del Tottenham, en el norte de la ciudad, ondeaban visiblemente durante algunos momentos de la ventisca, aunque no se ha informado sobre desperfectos.
Una de las tres grandes chimeneas de la estación eléctrica de Grain, a unos 60 kilómetros al este de la capital británica, se derrumbó sin causar víctimas, según informó la eléctrica Uniper UK, que gestiona la instalación.
SERVICIOS DE EMERGENCIAS DESBORDADOS
La Brigada de Bomberos y el servicio de ambulancias de Londres declararon ambos un estado de «incidente grave» ante el elevado volumen de llamadas que registraba el teléfono de emergencias desde primera hora de la mañana.
El servicio de emergencias recibió entre las 10.30 GMT y las 13.00 GMT más de 550 avisos, una cantidad de comunicaciones que habitualmente se acumulan en 24 horas.
La Asociación de Redes de Energía británica (ENA, en inglés), informó por su parte de que más de 190.000 clientes estaban sin electricidad esta tarde por la tormenta.
MAL TIEMPO DURANTE EL FIN DE SEMANA
La Met Office mantiene una «alerta amarilla» por fuertes vientos en la costa sur de Inglaterra para el sábado, aunque la incidencia de la tormenta en el resto del país se moderará después de esta noche.
Advierte, pese a todo, de que los daños sufridos este viernes en numerosas infraestructuras continuarán dificultando los viajes en la mitad sur del Reino Unido durante los próximos días.
Aunque la potencia de Eunice ha superado a la mayoría de temporales de los últimos años, los expertos alertan de que se trata de fenómenos cada vez más frecuentes.
«Cada nueva tormenta parece batir récords. Llevo en esto 30 años y el tiempo parece que cada vez va a peor», declaró a los medios John Curtin, director de operaciones de la Agencia del Medioambiente británica.
Con información de EFE