El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmará «pronto» una orden ejecutiva con sanciones económicas para las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, informó este lunes en un comunicado la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki
La orden ejecutiva prohibirá nuevas inversiones, comercio y otras transacciones económicas por parte de instituciones y ciudadanos estadounidenses en Donetsk y Lugansk, indicó Psaki.
El presidente ruso, Vladímir Putin, reconoció este lunes la independencia de esas dos repúblicas separatistas, en lo que supone una escalada a la tensión que ha rodeado Ucrania desde hace semanas.
Psaki ha aclarado, además, que las medidas que anunciaba son “independientes” y “adicionales” otras sanciones económicas que Washington ha estado preparando “en coordinación con socios y aliados” ante una posible invasión.
Grises perspectivas para la diplomacia
Los acontecimientos de este lunes oscurecen las perspectivas, ya grises, que planeaban sobre una salida diplomática a la crisis. Si el domingo, tras las gestiones de Emmanuel Macron, la Casa Blanca anunciaba que Biden había aceptado “en principio” mantener una reunión bilateral con Putin siempre que no hubiera una invasión, este lunes, ya antes del discurso y la firma del decreto del líder ruso, las perspectivas de esa posibilidad se minimizaban desde el Kremlin.
Un portavoz de Putin, Dmitri Peskov, declaró a los medios que no había “planes concretos” para la cumbre. Tampoco está claro qué sucederá con el encuentro que estaba organizado para el jueves en Ginebra para los jefes diplomáticos de Washington y Moscú, el secretario de Estado Anthony Blinken y el ministro de Asuntos Exteriores Sergei Lavrov.
De momento este lunes, y tras la decisión de Putin, Biden ha mantenido conversaciones telefónicas con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y con Macron y el canciller alemán, Olaf Scholz.