La vida de la Ksenia Lunova de 35 años y su pequeña hija Esenia de 4 años cambió de un día para el otro. De estar en el jardín , con sus amigos y jugando en plazas, pasó a estar refugiada cuando la guerra llegó a su ciudad, en Obujov, a 30 kilometros de Kiev.
«Nunca pensé que trasladaría la trama de mi película favorita ‘La vida es bella’ a mi presente, a la actualidad de mi patria. Los que han visto esta película entienden lo que quiero decir.
Aquellos que no la hayan visto, les recomiendo que la vean. Nunca pensé que le explicaría a mi hija de cuatro años que esto es un juego entre nosotras», escribió Lunova, de 35 años, en su cuenta de Facebook.
En «La vida es bella» es una película italiana dramática de 1997, escrita, dirigida y protagonizada por Roberto Benigni. Allí Benigni interpreta a Guido Orefice, un judío dueño de una librería que debe utilizar su imaginación para proteger a su hijo pequeño de los horrores de un campo de concentración nazi.
Ksenia hace lo mismo para su hija Yesenia de 4 años, quien hasta la semana pasada jugaba en el jardín de infantes de Obujov, una ciudad ubicada a 30 kilómetros de Kiev. Con la capital ucraniana asediada por las tropas rusas, su madre ideó un plan para protegerla.
Ksenia recrea todos los días los juegos que Benigni propuso en su película para que Yesenia se sienta segura. «Yo le digo que jugamos a las escondidas. Y por cada situación se ganan puntos que más tarde ella podrá canjear para comprarse lo que quiera”, afirmó la mujer.
La estrategia de Ksenia
“Lo primero fue que ganaba 100 puntos si corría al refugio. Quien no llorara y no tuviera miedo, otros 100 puntos. Y así siempre”, aseveró e indicó que también hay penaalidades: «Por ejemplo, quien se acerca a la ventana, pierde”, dijo.
“Mi hija duerme en el piso del pasillo de mi edificio todas las noches”, detalló.
El esposo de Ksenia, Igor, ayuda al ejército ucraniano. “Él no tiene preparación militar, pero ayuda a construir barricadas. Además, llevamos medicinas y alimentos a nuestro ejército”, indicó.