Ucrania acusó a Rusia este miércoles de bombardear un hospital infantil en el asediado puerto de Mariúpol durante un alto el fuego acordado para permitir que los civiles atrapados en la ciudad pudieran escapar.
Rusia había dicho que no dispararía para dejar que miles de civiles huyeran de Mariúpol y otras ciudades asediadas el miércoles. No obstante, la corporación municipal afirmó que el hospital fue impactado varias veces durante un ataque aéreo.
El presidente, Volódimir Zelenski, lo calificó como una «atrocidad» y tuiteó: «Ataque directo de las tropas rusas contra una maternidad. Hay personas y niños bajo los escombros».
Al ser preguntado por el bombardeo, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que «las fuerzas rusas no disparan contra objetivos civiles».
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania publicó imágenes de video de lo que aseguró era el hospital, mostrando hoyos donde deberían haber estado las ventanas en un edificio de tres plantas. Grandes pilas de escombros humeantes completaban la escena.
El gobernador de la región de Donetsk dijo que había 17 heridos, incluidas mujeres en trabajo de parto. Los reportes no pudieron verificar.
Más temprano, el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, indicó que Rusia había roto el alto el fuego alrededor del puerto sureño, situado entre áreas separatistas del este de Ucrania y Crimea, anexionada por Moscú en 2014.
«Rusia sigue manteniendo como rehenes a más de 400.000 personas en Mariúpol, bloquea la ayuda humanitaria y la evacuación. Continúan los bombardeos indiscriminados», tuiteó. «Casi 3.000 recién nacidos carecen de medicamentos y alimentos».
Ucrania afirmó que al menos 1.170 civiles habían muerto en Mariúpol desde el comienzo de la invasión y que 47 fueron enterrados en una fosa común el miércoles. No fue posible verificar las cifras.