Este miércoles la Unión Europea (UE) solicitó a Singapur que acabe con la pena de muerte, tras la ejecución de Nagaenthran –Nagen- Dharmalingam, un preso malasio de 34 años con discapacidad intelectual que había sido condenado por narcotráfico.
En un comunicado un portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) solicitó a «Singapur que adopte una moratoria de todas las ejecuciones y se una a la tendencia mundial de abolir la pena de muerte», destacó.
La UE reclamó a las autoridades de Singapur que detengan la ejecución de otro preso malasio, Datchinamurthy Kataiah, también condenado a muerte por narcotráfico y quien en principio será ahorcado –el método de ejecución empleado en la isla- el viernes, detalló Efe.
El portavoz del SEAE demandó que se conmute la pena de muerte de Kataiah por otra sentencia no capital.
Nagen fue ahorcado en la prisión de Changi, confirmó a Efe la activista Kirsten Han, coordinadora de la ONG Transformative Justice Collective, desde el exterior de la cárcel, donde aguardó a que el hermano del preso, Navin, identificara el cadáver.