Pekín cerró el miércoles decenas de estaciones de metro para luchar contra el covid-19, restringiendo los desplazamientos de los residentes pese a que la capital china de 21 millones de habitantes registra solo algunas decenas de casos diarios.
La segunda economía mundial está batallando contra su peor brote de coronavirus desde la primera ola de la pandemia, pero con la mayoría de casos focalizados en su principal centro de negocios, Shanghái, donde imperan órdenes de confinamiento desde hace más de un mes.
Las escenas de caos y enfado por las medidas en Shanghái han alarmado a los residentes en Pekín, que temen ver la capital cerrada a pesar del escaso número de casos.
El miércoles, la ciudad registró solo 51 infecciones, incluyendo casos asintomáticos, mientras que el balance diario de Shanghái se eleva a 5.000, con un tendencia a la baja a pesar de la relajación de algunas medidas.
Residencias cerradas
En la capital, los complejos residenciales con infecciones han sido confinados, muchos lugares turísticos han aplicado restricciones durante las habitualmente agitadas vacaciones del 1 de mayo y comer en los restaurantes está prohibido, salvo para llevar .
Sus habitantes han empezado a hacer acopio de comida y productos indispensables, temerosos de encontrarse repentinamente encerrados en casa.
El China World Trade Center, que incluye oficinas y zonas comerciales, ha sido cerrado temporalmente hasta el domingo.
Y el metro de Pekín anunció el miércoles el cierre de unas 60 estaciones, un 18% de la red, muchas de ellas en zonas bajo órdenes de confinamiento.
«Las entradas y salidas de las estaciones estarán cerradas (…) pero los transbordos pueden hacerse dentro de las estaciones», indicó el anuncio en la página de WeChat.
Los complejos residenciales donde se han producido contagios han sido cerrados para impedir que sus residentes puedan salir de ellos.
El portavoz del gobierno municipal de Pekín, Xu Hejian, declaró el miércoles a los periodistas que la capital iba a «prolongar temporalmente» las restricciones , incluídas las prohibiciones de restaurantes y el cierre de lugares de diversión y de clubes deportivos.
Los responsables habían indicado en un primer momento que las restricciones acabarían el jueves, tras el fin de las vacaciones con motivo de la Fiesta del Trabajo.
«Creo que la ciudad ya está medio confinada» declaró un habitante de Pekín, que requirió el anonimato, y cuyo complejo residencial ha sido cerrado por las autoridades.
Críticas en Shanghai
Además de Pekín, la céntrica ciudad de Zhengzhou también incrementó los controles para luchar contra el covid, con los habitantes en la principal zona de la ciudad obligados a quedarse en sus complejos residenciales.
Shanghái, donde las semanas de confinamiento provocaron críticas contra la gestión pública y el exceso de celo de las autoridades, ha tenido problemas para suministrar víveres a los habitantes confinados y en atender a los pacientes por problemas no vinculados con el covid.
Cualquier persona declarada positiva al covid-19 en Shanghai es enviada a un centro de cuarentena, cuyo confort es relativo y las condiciones de higiene pueden ser deplorables.