El gobierno de los Estados Unidos acusa a Rusia de sanciones que impiden la distribución de fertilizantes a la región caribeña, lo que afecta la producción de alimentos, por tal motivo la administración de Biden destinará $331 millones de dólares en ayuda humanitaria a la región.
“La región está altamente expuesta a la interrupción global de suministro de fertilizantes, debido a la baja producción y a las prohibiciones impuestas por Rusia, que históricamente ha proveído la mayor parte del fertilizante en la región”, indicó la USAID.
En el marco de la Cumbre de las Américas, Samantha Power, administradora de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), indicó que los fondos se destinarán a asegurar la alimentación y la resiliencia, debido también a las consecuencias de la pandemia de COVID-19.
“La inseguridad alimentaria en América Latina y El Caribe está aumentando después de un año de de la presión inflacionaria, aumentando los precios de la energía y la gasolina, afectaciones por la pandemia, los efectos del cambio climático y el clima extremo, así como el impacto de la guerra en Ucrania”, dijo la agencia.
Los $331 millones de fondos incluyen más de $198 millones de emergencia en seguridad alimentaria, enfocada en nutrición, salud, protección, agua, sanitización e higiene.
La atención de largo plazo de la seguridad alimentaria y resilencia en la región serán respaldadas con $132 millones de dólares en fondos del Feed the Future, pero esos recursos dependerán de la aprobación del Congreso, acotó la agencia.
Dichos recursos serán destinados a pequeños agricultores de Colombia, Guatemala, Haití, Honduras y el Perú, para mejorar sus procesos y aumentar los ingresos.
“USAID también está acelerando los esfuerzos… con pequeños agricultores en América Latina para aumentar su productividad agrícola, diversificar sus ingresos, fortalecer las conexiones de mercado, ampliar el acceso a la financiación y mejorar la nutrición a nivel del hogar”, acotó la agencia.
Estos fondos de USAID son paralelos al programa ambiental que la Administración Biden destina a la región, un plan impulsado por la vicepresidenta Kamala Harris, quien se reunió con los miembros de la Comunidad del Caribe (CORICOM).