El Observatorio Venezolano de Prisiones afirmó que los detenidos tienen acceso a piscinas, gimnasios, canchas de béisbol, discotecas y arsenales de armas de fuego. También a prostitutas y teléfonos celulares inteligentes con los que extorsionan, estafan y establecen actividades delincuenciales dentro y fuera del penal.
Esto, agregó la organización no gubernamental, se suma a que los detenidos mantienen el control del ingreso de alimentos y del cobro por el acceso a servicios básicos como agua, baño y visitas.
“Este sistema paralelo de gobierno tiene sus propias reglas, mandatos y maneras de hacerlos cumplir. Tanto que se ha convertido en una especie de cultura que maneja un lenguaje propio para hacerse entender”, señaló en un reporte en su cuenta de Twitter.
El observatorio agregó que en intentos fallidos del gobierno venezolano por restablecer el orden ocurrieron cierres de edificaciones carcelarias en todo el país. Sin embargo, afirmó que los delincuentes siempre encuentran la manera de reagruparse, de generar nuevas formas de control y de hacer negocios dentro de las prisiones.
“El Estado venezolano niega la existencia de estas redes delincuenciales de donde han salido criminales que han formado bandas peligrosas y hasta internacionalizadas como el Tren de Aragua”, expuso.
Con información de El Nacional