El presidente de Chile, Gabriel Boric, endureció su discurso contra los inmigrantes y advirtió que durante su gobierno no permitirá que «la delincuencia» se radique en el país sudamericano.
«A los que estén en situación irregular: o se regularizan o se van. Y los que cometen delitos directamente se tienen que ir, acá no hay nadie que vaya a estar encima de la ley», aseguró el mandatario en medio del intenso debate que ha desatado la crisis migratoria.
El pasado miércoles, Boric ya había anunciado la inmediata expulsión de 13 extranjeros que agredieron a efectivos de Carabineros durante un operativo en Puerto Montt, en la región de Los Lagos.
Un día después, fue consultado sobre la situación de los campamentos de emergencia que ocupan inmigrantes en el norte del país.
«Uno no puede satisfacerse solamente con la pretensión de sacarlos un día de un lugar, por eso la respuesta es más complicada, es intersectorial, hay que hacer el catastro, ofrecer alternativas», dijo.
En el caso de que haya niños, agregó, se les debe garantizar acceso a la educación. Con respecto a los albergues, reconoció que están colmados y que se debe analizar si es necesario construir más espacios o ver si los migrantes tienen redes familiares que los puedan acoger en otras ciudades. «Tenemos que dar soluciones definitivas», señaló.
Por otra parte, recordó que esta semana envío dos proyectos al Senado y a la Cámara de Diputados para hacer más expeditos los procedimientos de expulsión administrativa.
«En particular en el caso de personas condenadas por la ley de droga, tenemos que dar señales claras, categóricas, sin doble estándar: no vamos a permitir que la delincuencia se venga a instalar en nuestro país», afirmó.