En el transcurrir de esta semana una extraña historia conmociona a Perú, tras darse a conocer el caso de Gabriela Sevilla, una joven de 30 años de edad que se encontraba embarazada y fue reportada como desaparecida el pasado 19 de octubre. Lo más raro de la situación es que apareció este 21 sin su bebé y no hay rastros de que haya estado encinta, según la versión e las autoridades.
Los familiares de Gabriela la hallaron en el distrito de San Juan de Lurigancho y la trasladaron al Hospital Militar Crl Luis Arias Schreiber. El ministro de Interior de Perú, Willy Huerta, informó a los medios que, clínicamente los médicos determinaron que la mujer no presentaba signos de gestación.
De acuerdo con la ministra de la Mujer, Claudia Dávila, Gabriela presentaba signos de haber sido golpeada. Así lo dijo a la emisora local Exitosa. Además, el examen médico del Ministerio Público al que tuvo acceso el medio RPP, señala que la mujer presenta signos de lesiones traumáticas corporales recientes.
El diario Perú21 tuvo acceso a las declaraciones de Gabriela Sevilla ante la Fiscalía de Perú. En una nota publicada este 21 de octubre por el medio local, la mujer contó cómo ocurrieron los hechos de su desaparición.
Ella agarró un taxi cuando comenzaron las labores de parto; en ese ínterin avisó a sus padres y al papá de su bebé que ya iba a dar a luz. Indicó que el chofer tomó una ruta desconocida, pero le informó que era un atajo. Lo último que recuerda Gabriela es que sentía los dolores de parto. “Y de ahí no recuerdo nada”, comentó a las autoridades.
“Desperté en un cuarto donde se encontraban dos varones y yo me encontraba en el piso, empezando a pujar hasta que nace mi hija y no lloraba. Luego me quedé dormida por un tiempo de tres horas”, dijo en su primera declaración ante la Fiscalía.
Agregó que un hombre le dijo que fuera y que no denunciara lo ocurrido porque si no la matarían a ella y a su familia y que si, por el contrario, no los denunciaba, le iban a devolver el cuerpo de su hija.
Autoridades continúan con la investigación del caso y los familiares de Gabriela Sevilla sostienen la versión de que ella efectivamente estaba embarazada; dicen que la mujer no tendría por qué mentir si todos la vieron con su barriga. Piden al ministro Huerta que continúe la búsqueda de la bebé, a quien llamarían Martina.