En los últimos años, niños, niñas y adolescentes han sido víctimas de abuso sexual en Venezuela. Tíos, primos mayores, padrastros, hasta padres, vecinos, incluso algunos educadores o entrenadores deportivos, y otros allegados, figuran como presuntos victimarios.
El abogado criminalista y director del Instituto de Ciencias Penales, Criminalística y Criminología de la Universidad Santa María (USM), Fermín Mármol García, afirmó a Versión Final que hay un profundo primitivismo en la sociedad venezolana, las «estructuras socializadoras primarias», como la familia y el sistema educativo, están en crisis, desmontadas.
El signo del abuso sexual en niños y adolescentes, de sexo masculino y femenino, es una muestra inequívoca de un profundo primitivismo en la sociedad venezolana, lo que en el pasado se denominó como una descomposición social», aseveró el abogado, y se refirió a la crisis que atraviesa la institución familiar, el sistema educativo y otras instituciones en el país.
Una verdadera pesadilla vivieron siete nietas en el barrio El Nazareno, de Petare, Miranda. Antonio José Medrano Páez, quien las «cuidaba», las tenía sometidas en la residencia que compartían.
Fueron dos años de inmenso calvario que vivieron las niñas; Medrano amenazó a sus nietas, de 16 y seis años de edad, para que tuvieran relaciones sexuales con él.
Luego siguieron siendo abusadas las nietas de 14, 12, 11, ocho y tres años, hasta que lo denunciaron ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), que lo aprehendió en su casa a finales de octubre.
La Fiscalía lo imputó por abuso sexual y solicitó una orden de aprehensión ante los tribunales contra un tío de las niñas, Edgar Anaya, incurso en el mismo delito contra ellas, refirió en su momento el fiscal general, Tarek William Saab.
Acá prevalece la ausencia de la estructura formal de la familia. Muchos niños y adolescentes (son) criados por tíos, abuelos, personas que nada tienen que ver con el tema consanguíneo», señaló Mármol.
«Existe una sociedad con un signo muy malo, como la Latinoamericana, donde el embarazo precoz, la paternidad irresponsable, los padrastros de turno abusadores y perversos, la niñez en situación de abandono o situación irregular, constituyen un extraordinario caldo de cultivo para que el abuso sexual tenga posibilidades de éxito«, lamentó el abogado.
Un delito de poder
El defensor de los derechos de niños y adolescentes, educador y fundador de la ONG Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), Fernando Pereira Verano, informó vía telefónica, en entrevista con Versión Final, sobre varios indicios de abuso sexual infantil.
Tiene que ver con un tema de poder, es una violencia que está basada en la posibilidad que tiene el adulto de someter al niño, a la niña, al adolescente, porque tiene autoridad sobre él o ella, porque alega que (ese niño, niña o adolescente) le debe respeto, tiene ascendencia sobre él o ella, o la cercanía o ser allegado le permite tener una posibilidad de irle envolviendo, involucrando, y valiéndose en muchos casos de la falta de madurez, de información, de la inocencia «, apuntó el docente.
Acota Pereira que si se trata de alguien cercano, investido de una autoridad sobre ese menor, «un maestro, una persona que dicta tareas dirigidas, un entrenador deportivo», se trata de una persona «que también tiene una responsabilidad de cuidado y atención», y probablemente, a ese niño, niña o adolescente le han inculcado que son personas a quienes debe respetar.
Una seducción que termina en desgracia
Franyelis era una niña de cinco años muy alegre, que vivía con su madre, su padrastro y un hermanastro, en Guacara, Carabobo. Lejos estaba ella de pensar que caería en las redes de la seducción de ese hermanastro de 14 años, quien la abusó sexualmente.
El pasado 24 de octubre, la pequeña apareció sin vida en un pozo séptico, y posteriormente el jovencito fue aprehendido por la policía. Lo imputaron por femicidio agravado.
Los exámenes forenses en el cuerpo de la chiquilla arrojaron que tenía signos de abuso sexual y 15 heridas por arma blanca.
En el clásico abuso sexual, la seducción es parte del placer de la persona y requiere muchas veces de la continuidad, es un delito muchas veces continuado, de múltiples encuentros, de semanas, meses, inclusive años», precisó Mármol.
El abogado criminalista señala que el depredador sexual pretende generar empatía, construir confianza, y la seducción del adulto contra el niño, contra el adolescente, crea un estado de confianza irreal.
El abuso sexual, expone Mármol, se diferencia de la violación, porque esta última «es un arranque repentino, donde (el sujeto) acechó, la soledad lo ayudó y el sitio del suceso lo ayudó».
Muchas personas piensan que abuso sexual es nada más penetración, violación, cuando se usan prácticas de violencia, pero no entienden que el abuso sexual es cualquier práctica en la que un adulto se vale de la relación con el niño o la niña para satisfacerse sexualmente, con el fin de obtener un beneficio sexual como adulto», apostilla Pereira.
Valores trastocados y consumo de drogas y alcohol
Fermín Mármol menciona, como posibles factores sociales o psicológicos que han propiciado el auge de los abusos sexuales infantiles en el país, el consumo de drogas, alcohol y los valores trastocados.
El consumo de sustancias estupefacientes y psicotrópicas y el del alcohol en proporciones fuera de los parámetros normales generan adicción, enfermedades, producen daños psicoemocionales, lo que repercute en la pérdida de la realidad, en el desmontaje de los valores. Se neutraliza la racionalidad, se impone la impulsividad. Eso genera que los parámetros psicoemocionales racionales estén en minusvalía», argumentó.
También se refirió al desmontaje de una cultura ciudadana, la imposibilidad de tener educación formal, como parte fundamental que genera este tipo de abusos contra las poblaciones vulnerables, como niños, adolescentes, personas de la tercera edad y con discapacidad.
Se produce el abuso sexual porque se presenta la oportunidad. Estos seres humanos depredadores, cuyos códigos de valores están trastocados, pueden sustentar una patología psicológica y van a producir el escenario ideal para materializar su modus operandi», indicó el profesional del Derecho.
Para seguir leyendo la nota completa ingresa a https://versionfinal.com.ve/sucesos/paternidad-irresponsable-y-padrastros-perversos-las-claves-del-abuso-infantil-en-venezuela/