Este miércoles 7 de diciembre fueron detenidas 25 personas simpatizantes de una organización terrorista que planeaba realizar un golpe de Estado en Alemania.
De acuerdo con información de la fiscalía alemana, los acusados pertenecen a una organización terrorista fundada a más tardar a finales de noviembre de 2021, basada en la ideología de los Ciudadanos del Reich, que se trazó como objetivo superar el orden estatal existente en Alemania y sustituirlo por una forma de gobierno propia.
Asimismo, refiere la información oficial, que los miembros de la asociación son conscientes de que este proyecto solo puede realizarse mediante el uso de medios militares y la violencia contra los representantes del Estado. «Esto también incluye cometer homicidios».
Trascendió que los acusados están unidos por un profundo rechazo a las instituciones estatales y al orden básico libre democrático de la República Federal de Alemania.
Desde la institución precisaron que el operativo a gran escala se efectuó en once estados federales, mientras que hay un total de 52 sospechosos vinculados con la organización radical Movimiento Ciudadanos del Reich. Los arrestos se llevaron a cabo en territorio alemán, en Austria e Italia.
Entre los detenidos se encuentra el líder del grupo Heinrich XIII P.R. de 71 años, perteneciente a la nobleza menor alemana.
Una ciudadana rusa Vitalia B, a la que le imputan el cargo de ayudar al grupo delictivo.
El ciudadano Rudiger V. P., un exparacaidista de 69 años.
Un antiguo miembro del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán) en el Bundestag
Exoficiales de las fuerzas especiales del Ejército alemán (la Bundeswehr).
Birgit Malsack-Winkemann quien es jueza en Berlín.
Los simpatizantes del grupo, además de ser afines a las ideas de los Ciudadanos del Reich, también se identifican con la teoría de conspiración QAnon.
En este sentido, creen que Alemania está gobernada por miembros del llamado ‘estado profundo’, y la liberación del país puede conseguirse con la intervención de los servicios especiales de diferentes países, incluidos Estados Unidos y Rusia.
El plan, según los mismos conspiradores, era instaurar un Gobierno interino que negociacara con las potencias vencedoras en la Segunda Guerra Mundial, el nuevo orden estatal en Alemania.