El gobierno de Bolivia creó este jueves una empresa fundidora de minerales, casi un año después de liquidar un acuerdo de concesión con la privada canadiense Atlas Precious Metals, a la que acusó de no realizar las inversiones prometidas, informó el presidente Evo Morales.
«Hoy estamos creando una empresa más del Estado: Empresa Metalúrgica de Karachipampa (EMK) y todos tenemos que aportar a nuestra empresa, es una empresa del Estado, de los bolivianos», afirmó Morales, durante un acto público en la mencionada planta minera en el departamento andino de Potosí (suroeste).
La estatal Karachipampa, una planta para fundir plomo y plata, comenzó a ser construida en 1975 y fue terminada en 1982, a un costo de 200 millones de dólares, pero nunca funcionó, por problemas técnicos y económicos.
La canadiense Atlas Precious Metals firmó en 2005 un contrato con Bolivia para su reactivación, con una promesa de inversión total de 118 millones de dólares para el tratamiento anual de 51.000 toneladas de concentrados de plomo-plata y 151.000 toneladas de concentrados de zinc-plata.
Atlas retrasó sus inversiones y argumentó que los pobladores del lugar se negaron a entregar predios para realizar las construcciones requeridas, lo que llevó al gobierno boliviano a ejecutar a fines de 2011 una boleta de garantía por 700.000 dólares.
En enero de 2012, finalmente, Bolivia disolvió el contrato, previo acuerdo con la canadiense para pagarle unos 600.000 dólares por sus inversiones realizadas.
En el acto de este jueves, Morales, además, dio luz verde para el encendido de hornos, para que estén en 15 a 20 días en completas operaciones para procesar unas 51.000 toneladas de minerales al año.
El mandatario también criticó a la firma privada extranjera, que hasta 2011 contaba aún con el apoyo de organizaciones civiles del departamento de Potosí.
«Los potosinos se dieron cuenta que estaban perdiendo el tiempo con esa empresa Atlas Precious Metals y hemos perdido tiempo», acotó el mandatario.
AFP