Twitter anunció el domingo que no permitirá a los usuarios incluir en sus publicaciones enlaces a otras redes sociales, el último cambio de política de la compañía bajo su controvertido nuevo propietario, Elon Musk.
La medida tiene lugar después de que los usuarios comenzaran a alentar a sus seguidores a ver sus publicaciones en otras plataformas, en medio de los cambios en Twitter desde que Musk, uno de los hombres más ricos del mundo, tomara el control de la empresa hace ocho semanas.
«En el futuro, Twitter ya no permitirá la promoción gratuita de plataformas de ciertas redes sociales», dijo la red el domingo en un comunicado en su sitio web.
Precisó que esto afectará a siete plataformas (Facebook, Instagram, Mastodon, Truth Social, Tribal, Post y Nostr), así como a agregadores de redes sociales, como linktr.ee e ink.bio.
Así, se prohibirá, por ejemplo, publicar «Síganme @nombredeusuario en Instagram», dijo Twitter.
El usuario de Twitter que destaque su última foto de Instagram, o una publicación de Facebook, se expondrá a una suspensión de su cuenta. La red social del pájaro azul prevé igual sanción para quien mencione en su nombre o biografía de Twitter sus otras cuentas en redes sociales.
Los usuarios que incumplan esto por primera vez se enfrentarán a acciones «que van desde solicitar la eliminación de uno o más tuits hasta el bloqueo temporal de la(s) cuenta(s)», dijo Twitter.
Y advirtió: «cualquier reincidencia resultará en una suspensión permanente».
Jack Dorsey, cofundador de Twitter, cuestionó la nueva política con un tuit de una sola palabra: «¿Por qué?»
La medida de Twitter es la última de una creciente serie de controversias generadas por Musk desde que compró la plataforma a finales de octubre por 44.000 millones de dólares.
En los últimos días, Musk suspendió las cuentas de varios periodistas, la más reciente este domingo, de una reportera del Washington Post, Taylor Lorenz, luego de quejarse de que algunos habían divulgado detalles sobre las rutas de su avión privado que podrían poner en peligro a su familia.
Además, poco después de hacerse cargo de Twitter, Musk anunció que el sitio cobraría ocho dólares por mes para verificar las identidades de los titulares de las cuentas. Pero tuvo que suspender el cuestionado plan «Twitter Blue» tras una vergonzosa avalancha de cuentas falsas.
El 4 de noviembre, cuando Musk dijo que la empresa perdía 4 millones de dólares al día, Twitter despidió a la mitad de sus 7.500 empleados.
Musk también restauró cuentas suspendidas por la red social, incluida la del expresidente estadounidense Donald Trump. Pero también canceló la del rapero Kanye West tras la publicación de varios mensajes considerados antisemitas. Y rechazó el regreso a Twitter de Alex Jones, fundador del sitio web de extrema derecha InfoWars.
La reciente suspensión de cuentas de periodistas (entre los que había empleados de CNN, The New York Times y The Washington Post) ha generado fuertes críticas, incluso de la Unión Europea y las Naciones Unidas.
La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC), que promueve los derechos de los consumidores y la eliminación y prevención de prácticas contra la libre competencia, dijo que estaba siguiendo lo que ocurría en Twitter «con profunda preocupación».
Según la editora ejecutiva del Washington Post, Sally Buzbee, la suspensión de la cuenta de Lorenz «socava aún más la afirmación de Elon Musk de que tiene la intención de dirigir Twitter como una plataforma dedicada a la libertad de expresión».
Varias de las cuentas de periodistas suspendidas fueron reactivadas el sábado, aunque algunos dijeron que les habían dicho que tendrían que eliminar ciertas publicaciones si querían hacer un uso completo de la plataforma.