Las autoridades de Colombia rescataron a cuatro venezolanos que habían sido secuestrados por la banda Tren de Aragua en la población colombiana de Villa del Rosario, informó el miércoles la Policía de Colombia.
«Las 4 personas retenidas contra su voluntad, 3 hombres y una mujer, entre ellos un menor de 17 años, fueron ingresados a la fuerza y bajo amenazas hacia una bodega que tenía de fachada una agencia de viajes», dijo la Policía de Cúcuta en un comunicado.
En la información agregaron que seis ciudadanos venezolanos llegaron el martes pasado a Cúcuta, la capital del departamento de Norte de Santander y fronterizo con Venezuela, procedentes de Chile.
Allí se hospedaron en un hotel en el centro de la ciudad y al otro día viajaron a Villa del Rosario, donde fueron abordados por maleteros que les cobraban 50.000 pesos colombianos (unos 11 dólares) por ayudarlos a cargar sus equipajes.
Por ese elevado cobro hubo una discusión y los ciudadanos venezolanos fueron llevados a la parte céntrica de Villa del Rosario, donde los sorprendió un grupo de personas y los sometieron. Dos de ellos alcanzaron a huir del lugar y pasaron por el puente Simón Bolívar hacia Venezuela.
Los que lograron escapar informaron a las autoridades venezolanas que, a su vez, alertaron a las colombianas que desplegaron una operación que permitió el rescate de los secuestrados y la captura de los cuatro supuestos miembros del Tren de Aragua.
Los familiares de los secuestrados venezolanos recibieron mensajes a través de WhatsApp, en los que miembros del Tren de Aragua exigían 100.000 dólares por liberarlos.
«Inclusive fue enviado un video intimidatorio donde amenazaban con armas de fuego a las personas secuestradas y los obligaron a pedir que pagaran el dinero por su liberación», detalló la Policía.
A los secuestradores les incautaron cuatro armas de fuego, una de ellas con supresor de sonido, balas y tres teléfonos celulares.
El Tren de Aragua, que toma su nombre de ese estado venezolano, ha extendido su accionar criminal. Inicialmente estaba en la zona de frontera en donde controlan las trochas y los negocios ilícitos en la zona, pero luego aparecieron en Bogotá en donde se disputa el control del microtráfico con criminales locales, lo que ha derivado en vendettas.