La vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, la primera afrodescendiente en asumir ese cargo, denunció este martes un plan para atentar contra su vida con un artefacto explosivo que fue desactivado por su esquema de seguridad.
«Integrantes de mi equipo de seguridad hallaron un artefacto con más de 7 kilos de material explosivo en la vía que conduce a mi residencia familiar», en el suroeste del país, denunció Márquez en su cuenta de Twitter.
El artefacto «fue destruido de manera controlada por personal anti explosivos» de la policía» agregó la vicepresidenta, quien describió el hecho como «un nuevo intento de atentar contra mi vida».
En 2019 -antes de asumir el cargo- fue objeto de un ataque con granadas y ráfagas de fusil por su labor como activista ambiental en el departamento de Cauca, donde aún reside y fue plantado el artefacto explosivo desactivado esta mañana.
«Se trata de una bolsa plástica cuyo interior contiene sustancia explosiva del alto poder a base de nitrato de amonio, aluminio en polvo y (…) puntillas», detalla un informe del esquema seguridad de la vicepresidencia divulgado por Márquez.
Los escoltas descubrieron los explosivos tras ser alertados sobre «personas sospechosas» y «elementos extraños» en la vía que conduce a la vereda de Yolombó, en el municipio de Suárez, donde estaba prevista una visita de la vicepresidenta.
«Por las características y ubicación del artefacto personal de inteligencia y de seguridad concluyó que se trata de un evidente atentado contra de la señora vicepresidenta», precisa el parte oficial.
Junto al presidente, Gustavo Petro, Márquez integra el primer gobierno de izquierda en la historia de Colombia, que busca desactivar el conflicto armado de seis décadas negociando con una amalgama de grupos armados que siguen operando tras el acuerdo que desarmó la poderosa guerrilla FARC en 2017.
Su antecesor, el conservador Iván Duque, fue objeto de un atentado en junio de 2021, cuando desconocidos dispararon ráfagas de fusil contra el helicóptero en el que viajaba.
En la mira
Petro y Márquez adelantaron su campaña en medio de fuertes medidas de seguridad, en un país lastrado por los asesinatos políticos. Cinco presidenciables fueron asesinados durante el siglo XX.
A finales de mayo del año pasado, en vísperas de la primera vuelta presidencial, la entonces candidata fue señalada con un láser durante un acto público de campaña y su equipo de seguridad saltó a la tarima para rodearla con escudos blindados.
Un joven de 18 años se entregó a las autoridades y explicó que le apuntó a Márquez con un láser que compró en Internet.
En agosto, pocos días después de que Petro asumiera el poder, un vehículo de la avanzada presidencial fue objeto de un ataque con disparos mientras se desplazaba por una carretera en el noreste del país. Un miembro de la comitiva fue retenido y liberado horas después por un grupo armado que no fue identificado.
La vicepresidenta también ha sido objeto de una cascada de insultos racistas desde que asumió el cargo.
En septiembre del año pasado la fiscalía abrió una investigación a una mujer que llamó a Márquez «simio» durante una manifestación de opositores.
Nacida en una familia pobre, Márquez fue madre soltera a los 16 años, huyó de su tierra amenazada de muerte, limpió casas para sobrevivir y estudió Derecho antes de abrirse paso en la política.
Región convulsa
El explosivo fue encontrado en uno de los departamentos más violentos de Colombia.
Rebeldes exFARC disidentes del pacto de paz y guerrilleros del ELN -la última insurgencia reconocida del país- se disputan las rentas del narcotráfico en Cauca, donde abundan los sembradíos de hoja de coca, principal ingrediente de la cocaína.
Los disidentes forman parte del cese al fuego bilateral de seis meses proclamado por Petro en la víspera de año nuevo.
El anuncio de tregua incluyó en un primer momento al ELN, pero los rebeldes desmintieron al gobierno la semana pasada, alegando que el cese al fuego no formó parte de la primera ronda de negociaciones de paz que sostienen con delegados del ejecutivo.
En respuesta, el ejecutivo ordenó retomar la persecución contra los 3.500 guerrilleros de organización.
Las conversaciones entrarán en su segundo ciclo a finales de este mes.