CIUDAD DE GAZA. Decenas de miles de seguidores del partido palestino Fatá marcharon el viernes por primera vez en la Franja de Gaza, el bastión de Hamas, desde que los combatientes islamistas expulsaron del poder a Fatá en ese territorio en 2007.
La marcha, que contó con la autorización de Hamas, marca un renovado intento de ambas facciones rivales palestinas de mostrar unidad luego de una violenta batalla de Hamas con Israel en noviembre y el subsecuente intento de reconocimiento de Fatá en Naciones Unidas.
No obstante, persisten muchos obstáculos antes de que ambas partes puedan zanjar las diferencias, la principal sobre la manera de manejarse frente a Israel. Otras rondas de pláticas de reconciliación en años recientes, que se han enfocado en hallar la forma de compartir el poder, no lograron resultados.
Aun así, ambas partes manifestaron optimismo por la exhibición de fuerza sin precedentes de Fatá el viernes: las decenas de miles de seguidores del partido palestino ondearon durante horas banderas amarillas, hicieron bailes callejeros y corearon lemas políticos. Durante años, los leales a Fatá en Gaza enfrentaron represalias del régimen de Hamas, que les prohibió congregarse.
«Hoy nos sentimos como aves liberadas de nuestras jaulas», dijo Fadua Taleb, de 46 años y quien trabajó como policía para Fatá antes de que Hamas tomara el poder. «Estamos felices y nos sentimos fuertes de nuevo».
Altos funcionarios de Fatá llegaron a Gaza por primera vez desde que fueron expulsados violentamente por Hamas en 2007.
El presidente palestino, Mahmud Abás, quien gobierna Cisjordania, no asistió al acto, pero habló a la multitud por televisión. Dijo que «no hay sustituto para la unidad nacional».
Ismail Haniyeh, primer ministro de Hamas, también expresó el deseo de que ambas facciones puedan eliminar sus diferencias, con lo que envió a Fatá el mensaje de que ojalá puedan trabajar juntos como representantes del pueblo palestino, indicó el funcionario de Fatá Nabil Shaath. Hamas no participó de manera directa en la marcha, pero permitió que se realizara.
Si bien la marcha del viernes apuntaba a mejorar la relación entre Hamas y Fatá, también sirvió como un recordatorio de los conflictos internos que continúan afectando a Fatá: Las autoridades cancelaron el evento una vez iniciado después de que 20 personas resultaron lesionadas porque el número de partidarios superó la capacidad del lugar y hubo empujones entre facciones de Fatá.
Yahiya Rabah, un funcionario de alto rango de Fatá en Gaza, dijo que la marcha fue cancelada «debido al gran número de participantes y fallas logísticas».
Sin embargo, testigos dijeron que se desató una pelea a empujones entre partidarios de Abás y seguidores del ex comandante de seguridad de Gaza y ex miembro de Fatá, Mohamed Dahlan, quien fue expulsado del partido por conflictos con Abás.
AP