Las fuerzas de seguridad detuvieron a 16 personas entre la noche del martes y la madrugada del miércoles, el menor balance desde el estallido de violencia tras la muerte hace ocho días de un joven baleado por la policía, según un balance oficial.
El ministerio del Interior indicó este miércoles que se detuvo a 16 personas, siete de ellas en París y sus suburbios, se dañaron ocho edificios, se incendiaron 78 vehículos, y se provocaron 116 fuegos en las calles.
Las autoridades desplegaron unos 45.000 policías para evitar nuevos altercados. Ningún agente resultó heridos y tampoco se atacaron locales de la policía ni de la gendarmería, precisó el ministerio.
El último balance confirma la desescalada en esta crisis, que relanzó el debate sobre la violencia policial y puso de relieve, con el ataque a la casa de un alcalde, la creciente violencia que enfrentan los cargos públicos.
La justicia anunció el martes que investiga la muerte en Marsella de un hombre de 27 años, al sospechar que pudo ser víctima de un paro cardíaco tras ser alcanzado en el pecho por una pelota de goma que suele utilizar la policía francesa.
No está claro si el fallecido participaba en las protestas o si únicamente pasaba por allí.
El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció el martes una ley urgente para acelerar las reparaciones de miles de comercios y edificios dañados, durante una reunión con alcaldes para estudiar soluciones a la crisis.
La derecha y la ultraderecha piden mano dura contra los autores de los disturbios, pero la izquierda apunta al polémico papel de la policía en los suburbios y la situación en estos barrios, entre los más pobres de Francia.