Con el cuerpo de un gurú, en forma de ojos estampados en camisetas o en relojes con su rostro, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, sigue presente en las calles del país casi un mes después de ser operado en Cuba de el cáncer.
En una Caracas ralentizada por las fiestas de Navidad y año nuevo, el líder de la revolución bolivariana es protagonista no solo de las conversaciones entre quienes están atentos a la evolución de su salud sino para aquellos que empiezan a mitificar al mandatario.
Velas colocadas en una acera debajo del mural de un Chávez místico con aspecto de gurú, torso descubierto y tatuado y que medita sobre la frase «sanando» recuerdan en una concurrida calle del centro de Caracas al jefe de Estado que volvió el pasado 11 de diciembre a entrar al quirófano ante la reaparición de su enfermedad.
Y es que aunque en la ciudad aún quedan rezagados cientos de afiches y murales heredados de la campaña que concluyó el pasado 7 de octubre con la tercera reelección de Chávez, su imagen ha tomado otro matiz desde que anunció el 8 de diciembre que se operaría por cuarta vez en año y medio en su lucha contra el cáncer.
Es quizás por ello que varias de las tiendas en el centro de la ciudad se atreven a desafiar la escasa afluencia de compradores por la época navideña y mantienen sus puertas abiertas para ofrecer un sinfín de artículos alusivos al impulsor del socialismo del siglo XXI.
Chávez se vende en forma de camisetas, en gorras junto a sus incondicionales Fidel Casto, Evo Morales o el revolucionario Ernesto Che Guevara, pero también es música con las piezas heredadas de la pasada campaña.
La boina roja que lo hizo famoso el 4 de febrero de 1992 cuando comandó como militar un fallido golpe contra el entonces presidente, Carlos Andrés Pérez, compite con llaveros, abrebotellas, pendientes con el rostro de Chávez, relojes de muñeca o pared y las ahora famosas camisetas decoradas con la mirada del mandatario.
«La revolución se identifica ya con Chávez y Chávez somos todos. Ya esta revolución no le pertenece solo al comandante Chávez», declaró a Efe Jorge Moreno, un ciudadano de origen colombiano y nacionalizado venezolano, mientras exhibía las camisetas, tazas y demás artículos alusivos al presidente venezolano.
Admitió que las ventas han bajado alrededor de «90 %» debido a las fiestas de Navidad, pero aseguró que en época de campaña la facturación de esta tienda, situada cerca de la Asamblea Nacional y una de las zonas consideradas bastiones del chavismo, superó con creces los 3.000 bolívares (unos 697 dólares) diarios.
Marcó distancia de los «souvenirs» del capitalismo, al argumentar que en este caso la gente lleva los artículos «por amor» y no «por moda».
«Aquí constantemente se está vendiendo y la gente lo lleva, porque le nace y de corazón le nace tenerlo», agregó Moreno, quien confió en que con el «poder» y la «vigorosidad» que ha mantenido Chávez «va a salir adelante» de esta recaída.
También en el centro caraqueño, justo en un mercado construido por la alcaldía capitalina para albergar a otrora vendedores ambulantes, José Benítez, integrante del consejo comunal Manuelita Sáenz, en la popular zona de San Agustín, relató que desde hace cinco años ofrece documentales, libros y «todo lo que se ha hecho durante el mandato del comandante».
Indicó que a raíz de la enfermedad de Chávez «vienen más» personas no solo interesadas en su mercancía sino en el conocimiento que tiene sobre el presidente y los cambios de la revolución.
«Del proceso se vende todo lo que es el comandante: lo que es franelas (camisetas), gorras, pines, llaveros», comentó Benítez, y detalló que ofrece productos elaborados por cooperativas locales e incluso importados desde la lejana y ahora socia China.
Este vendedor quien admitió a Efe que, «gracias a Dios», todos «los días se vende algo del comandante».
Benítez auguró mucho más años para la revolución bolivariana en Venezuela, incluso sin Chávez, ya que, a su juicio, este «proceso tiene una raíz» y «muchos corazones por fuera caminando y orando» por el comandante y el futuro. EFE