El cineasta de 60 años fue un camaleón de la industria del entretenimiento que trabajó como doble y actor a comienzos de su carrera
A David R. Ellis, el director de la película protagonizada por Samuel L. Jackson “Snakes on a Plane” (“Terror a bordo”), le preguntaron si tenía algún consejo práctico para alguien encerrado en un avión lleno de serpientes.
“Bájese”, dijo Ellis.
El director de 60 años fue un camaleón de la industria del entretenimiento que trabajó como doble y actor a comienzos de su carrera. Esta semana fue hallado muerto en el baño de su hotel en el lujoso barrio de Sandton en Johannesburgo.
La policía dijo el martes que el gerente del hotel encontró el cadáver de Ellis cerca de la 1 p.m. del lunes. Un amigo de Ellis fue el último en verlo el sábado en un restaurante, reportó la agencia South African Press Association.
“No faltaba nada en su habitación y no se sospecha que haya sido una muerte provocada en este momento”, dijo a la agencia el vocero de la policía, el teniente Lungelo Dlamini.
“La embajada estadounidense ha sido notificada y se cree que están haciendo los arreglos necesarios para que el cadáver sea trasladado a su país”, dijo Dlamini.
La agencia agregó que se realizó una autopsia el martes por la mañana. La causa de muerte seguía sin determinarse.
Ellis se encontraba en Johannesburgo trabajando en “Kite”, la nueva versión de la cinta animada japonesa de 1998 que también habría protagonizado Jackson. El actor tuiteó sus condolencias tras enterarse del deceso.
Ellis también dirigió “Shark Night 3D”, “The Final Destination”, “Cellular” y “Final Destination 2″. Trabajó en películas como “Misery”, “Harry Potter y la piedra filosofal ” y “Waterworld”. Comenzó su carrera en Hollywood en la década de 1970 antes de trabajar como doble y director.
“Snakes on a Plane” de 2006 deleitó y repugnó a los críticos por igual. En la cinta Jackson interpretaba a un oficial del FBI cuyo trabajo era proteger al testigo de un asesinato y de los criminales que preferirían que no testificara y trataban de acabar con el testigo liberando un montón de serpientes venenosas en un vuelo de Honolulú a Los Angeles.
Agencias