El lunes, un trabajador de 19 años cuya identidad fue reservada, recibió el disparo de una pistola neumática que manipulaba un compañero, mientras realizaba su labor habitual en una fábrica de pallets de madera de localidad de Cañuelas
BUENOS AIRES. Un joven de 19 años, a quien se le había incrustado un clavo en el corazón -lesión a la que sobrevivieron sólo tres personas en el mundo- fue intervenido con éxito por un equipo médico del hospital El Cruce Néstor Kirchner, de la localidad bonaerense de Florencio Varela.
“La evolución del paciente es muy buena y ayer se le retiró el respirador”, indicó el médico Marcelo Nahín, quien dirigió la cirugía practicada de urgencia el pasado lunes, reseña un despacho de la agencia Telam.
Por su parte, el director ejecutivo del hospital, Arnaldo Medina, señaló que “sólo tres personas sobrevivieron a esta lesión en el mundo, en casos ocurridos en Estados Unidos, Australia y Polonia”.
Medina precisó que “es la primera vez que sucede en la Argentina, con un elemento cortante como es un clavo” y añadió que «fue muy importante la experiencia previa del equipo de cirugía, que permitió que no se le retirara el objeto inmediatamente, ya que funcionaba como una especie de tapón evitando la hemorragia”.
El director sostuvo que “contar con gente que puede trabajar en todo momento, que viene realizando cirugías cardiovasculares y trasplantes da un training para abordar este tipo de operaciones”.
Los profesionales explicaron que el clavo, de ocho centímetros de largo, atravesó el esternón y el ventrículo derecho del corazón, y quedó alojado en la cavidad cardíaca.
El lunes, este joven de 19 años cuya identidad fue reservada, recibió el disparo de una pistola neumática que manipulaba un compañero, mientras realizaba su labor habitual en una fábrica de pallets de madera de localidad de Cañuelas.
De inmediato fue llevado al Hospital «Dr. Angel Marzetti» de esa ciudad, donde le realizaron una placa de tórax y observaron que el clavo estaba alojado en el corazón.
Con ese diagnóstico fue trasladado al Hospital El Cruce, donde llegó cerca de la medianoche e inmediatamente le practicaron una tomografía computada que confirmó la herida penetrante cardíaca.
El diagnóstico obligó a los médicos a realizar de urgencia la extracción del clavo y la cirugía de reparación cardíaca.
«En el quirófano se procedió a la apertura del hueso del esternón con mucho cuidado porque se corría el riesgo de chocar con el clavo y agrandar la herida cardíaca”, relató Nahín.
Y añadió que “ya con el elemento perforante a la vista realizamos la extracción manual del objeto que se había incrustado en la cara anterior del ventrículo derecho”.
En la operación, que duró más de dos horas, además de Nahín participaron el médico Jorge Troncoso, el anestesiólogo Daniel Hermoso, y los instrumentadores Marcela Caruso y Daniel Moyano.
Nahín explicó que “las pistolas de clavos son herramientas poderosas y fáciles de operar que aumentan la productividad en las tareas de clavado, pero que también son responsables de alrededor de 37.000 visitas anuales a salas de emergencias de trabajadores de la construcción en los Estados Unidos”.
Las pistolas neumáticas de este tipo causan decenas de miles de lesiones graves todos los años en Estados Unidos y llegan a provocar la muerte de trabajadores de la construcción por traumatismos graves.
El cirujano señaló que “más de la mitad de las lesiones por pistolas de clavos reportadas en EE.UU. ocurrieron en manos y dedos. Luego le siguen lesiones en las piernas, rodillas, muslos y pies, mientras que son menos comunes las del antebrazo o la cintura, la cabeza o la nuca, y el tronco”.
Según detalló el médico, “en ese país también se han reportado lesiones por pistolas de clavos en la columna vertebral, la cabeza, el cuello, los ojos, órganos internos y huesos, causando parálisis, ceguera, daño cerebral, fracturas de huesos y muertes”.