El papa Benedicto XVI se declaró «profundamente apenado» por el grave accidente en la refinería de Amuay, Venezuela, y dijo que ofreció «sufragios al Señor por el eterno descanso de los fallecidos», informó la oficina de prensa de la Santa Sede.
El telegrama fue enviado al arzobispo de Cumaná y Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Diego Rafael Padrón Sánchez, por el Secretario de Estado, Tarcisio Bertone.
Benedicto XVI expresa su «paternal cercanía a los heridos», alienta a toda la comunidad civil y eclesial de Venezuela «a prestar con caridad y espíritu de solidaridad cristiana la necesaria ayuda a cuantos han perdido sus hogares o sus bienes personales».
Con estos sentimientos «imparte a los afectados y a cuantos les socorren la reconfortante bendición apostólica, como signo de afecto al querido pueblo venezolano», concluye el telegrama.