Los vecinos aseguran estar presos en sus viviendas, pues deben permanecer con puertas y ventanas cerradas para minimizar los malos olores dentro de sus casas
Al menos 7 meses con un bote de aguas negras en la calle principal, tienen los vecinos del sector Yarito del municipio Tomás Lander, quienes denunciaron la presunta desidia de las autoridades ante esta problemática que perjudica gravemente la salud de los niños y adultos mayores de la zona, pues el dengue, las erupciones y las llagas en la piel están a la orden del día, pese al líquido putrefacto que corre por las calles y aceras.
José Castillo, quien es mecánico y habitante de la zona, asegura que desde que surgió el problema no recibe con la misma frecuencia la cantidad de clientes en su taller, por lo que trabaja con poca regularidad porque las aguas putrefactas perjudican la fachada de la vivienda donde repara los autos. “Muchos conductores dejaron de venir por el hedor tan putrefacto que hay en el ambiente, ahora debo trabajar a domicilio para poder ganarme mis churupos”, relató el padre de familia al insistir que a pesar de que las autoridades están al tanto de la situación no han dado una respuesta pertinente.
Por su fuera poco, la vecina Luisa Benítez, asegura que no puede ni asomarse a la entrada de su casa. Al menos eso le tiene prohibido a sus nietos y familiares para evitar el contacto con las aguas fecales. “Tenemos que andar con cautela, incluso al momento de tomar el trasporte público, para evitar caer en los pozos de agua piche”, sostuvo Benítez al señalar que debe permanecer encerrada en su casa, ya que supone que es la mejor forma de estar a salvo de infecciones y enfermedades.
A juicio de los afectados, la basura y desechos acumulados en la boca de visita es el detonante de la problemática que los aqueja, por lo que exigieron al primer mandatario local, Julio César Marcano, y a la Dirección de Servicios Públicos de Ocumare enviar al sitio una cuadrilla de obreros para destapar los ductos obstruidos con la asistencia de un hidrojet.
“El agua en vez de circular por las tubería para llegar hasta las cloacas, se regresa por el alcantarillado de mi vecina y se rebosa por la calle principal, perjudicando a las viviendas, visitantes y peatones”, contó Benítez, quien consideró la situación una emergencia sanitaria que pone en riesgo tanto la salud de su esposo discapacitado como la de los otros residentes del barrio.
Aunque los vecinos indicaron haber realizado protestas para pedir una solución a las autoridades, no descartan tomar las calles nuevamente para alzar la voz y hacerse sentir ante el ente municipal.
MIP-TUY Agencia / Julio Materano
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