La nueva ley eliminó de los requisitos para los viajeros la odiada tarjeta blanca y las cartas de invitación, antes de tramitación obligatoria. Además los ciudadanos podrán permanecer 24 meses afuera del país sin perder sus derechos sociales
LA HABANA. Una reforma migratoria por la cual los cubanos pueden viajar al extranjero sin permisos especiales por primera vez en 50 años entró en vigor este lunes, mientras hubo algunas filas en agencias de ventas de pasajes y muchos ciudadanos descubrieron que además de su pasaporte necesitan una visa del país receptor.
La nueva ley eliminó de los requisitos para los viajeros cubanos la odiada tarjeta blanca y las cartas de invitación, antes de tramitación obligatoria. Además los ciudadanos podrán permanecer 24 meses afuera del país sin perder sus derechos sociales.
«Mi sobrina me invitó…voy en visita familiar», dijo a The Associated Press Ester Ricardo, una de entre unas 30 personas que hacían cola frente a la agencia Havanatour que comercializa los vuelos rentados a Miami.
Ricardo, de 68 años y residente en la provincia de Holguín, tiene una visa emitida para ir a Estados Unidos y no había recibido la tarjeta blanca que tramitó, sin embargo como desde este lunes no la necesita acudió a comprar su pasaje para irse cuanto antes.
«No me voy a quedar, tengo una hija aquí», explicó la mujer que espera pasar unos seis meses antes de regresar.
La ley anunciada en octubre es una de las más esperadas reformas emprendidas por el presidente Raúl Castro, pues además de eliminar engorrosos y costosos trámites abrirá la posibilidad para viajes temporales a sectores antes limitados de cubanos como los médicos, enfermeros y personal de salud, entro otros cuyas salidas estaban condicionadas.
Las autoridades ponían obstáculos a los viajes de muchos profesionales bajo el argumento de que Estados Unidos y los países desarrollados los atraían luego de que una pequeña isla como Cuba los formaba de manera gratuita.
Pero junto con la satisfacción por la entrada en vigencia de la reforma migratoria, muchos cubanos han comenzado a advertir que ahora las dificultades están en obtener las visas de las naciones elegidas para visitar.
«Deseo viajar, estar con mi familia allá. Nunca he podido viajar. Ellos (Estados Unidos) me denegaron la visa porque podía ser una posible inmigrante… ahora el problema será de los otros países, no de Cuba», se lamentó María Eugenia Jiménez, de 61 años y quien acompañó al aeropuerto a su hermana Cristina Jiménez, residente en Miami desde hace 18 años.
La terminal aérea se veía bastante congestionada el lunes, pero pasajeros consultados indicaron que la afluencia se debía más bien a que los cubanos emigrados que vinieron a pasar las fiestas aquí regresaban al extranjero.
«Mis dos hijos viven en Estados Unidos pero mis hermanos están aquí. Estoy dividida», dijo a la AP Cristina Jiménez, de 53 años, hermana de María Eugenia.
La nueva ley «va a beneficiar, pero si los países… no nos dan las visas no se puede ir», se quejó.
Las oficinas de inmigración como la correspondiente al municipio capitalino de Plaza se veía un poco congestionada y una larga fila de personas esperaba para hacer averiguaciones o para sacar sus pasaportes.
«Vine a ver qué países no requerían visa», explicó Willian Piñeira de 23 años. «Tengo pasaporte, mi carné de identidad. Todo en regla. Quería ir a Venezuela ¡pero hay que tener un permiso de allá!», se quejó.
«Estaba confundido, pensé que dabas el dinero del pasaje, tenías el pasaporte y ya», indicó Piñeira.
Según las nuevas reglas los cubanos podrán viajar si cuentan con una visa al país de destino –si este lo requiere– y su pasaporte, pero este último documento puede ser denegado por las autoridades por «razones de defensa y seguridad nacional», una cláusula que algunos en la pequeña comunidad de disidentes aseguran podría aplicársele.
También es causa de denegación ser sujeto de un proceso penal en marcha o para «preservar la fuerza de trabajo calificada», así como manejar información sensible para el país.
La bloguera opositora Yoani Sánchez fue una de las primeras en presentarse esta mañana para obtener un pasaporte en la sede de la oficina de Inmigración y según aseguró entregó el formulario normalmente, mientras el oficial le dijo que debería esperar 15 días para tenerlo.
«Tengo esperanza pero cuando me vea montada en el avión lo voy a creer», expresó a periodistas Sánchez, cuya tarjeta blanca –su salida al exterior– fue vetada reiteradamente por las autoridades en el pasado.
Paralelamente, el disidente Guillermo Fariñas aseguró en su cuenta en Twitter que las autoridades le informaron que lo dejarán viajar y regresar al amparo de las nuevas leyes.
Diplomáticos europeos y latinoamericanos en la isla dijeron a la AP que recibieron muchas consultas últimamente, incluso de cubanos que no entendían que requerían una visa para ir a aquellas naciones.
La ley generó reacciones también entre los funcionarios de Estados Unidos, donde vive más de un millón de cubanos emigrados y que tiene una fuerte disputa con las autoridades cubanas desde el triunfo de la revolución en 1959.
«Vamos a ver si está implementado en una manera muy abierta y que eso significa que los cubanos de cualquier tipo pueden viajar. Si eso es la manera de implementarlo sería muy, muy positiva (la reforma)», expresó Roberta Jacobson, secretaria adjunta del Departamento de Estado de Estados Unidos durante una conferencia de prensa en Madrid.
La Ley de Ajuste
La apertura iniciada por Cuba y que autoriza a los cubanos a vivir fuera de la isla por 24 meses sin perder sus derechos abrió además la posibilidad de que algunos ciudadanos se acojan a la Ley de Ajuste –aprobada por Estados Unidos para dar refugio a los isleños en la década de los 60 al calor de la guerra fría– para obtener ciudadanía norteamericana y a la vez mantener sus estatus en la nación caribeña.
AP