Panamá pidió hoy que la Organización de Estados Americanos (OEA) no ignore la «potencial violación» de su Carta Democrática que supone la situación política en Venezuela, mientras que Canadá propuso evaluarla por una misión encabezada por el secretario general, José Miguel Insulza.
El embajador de Panamá ante la OEA, Guillermo Cochez, no planteó ninguna acción concreta que deba tomar el organismo, pero quiso aprovechar el término de una sesión ordinaria del Consejo Permanente para criticar que Insulza «se ha precipitado a convalidar una serie de eventos sin precedente histórico».
«Como resultado, y hasta que no corrijamos semejante entuerto, la OEA entera se ha visto cómplice involuntaria de una potencial violación de claros preceptos de la Carta Democrática Interamericana», señaló Cochez.
El embajador advirtió que «de no hacer nada, deberíamos ir clausurando ordenadamente y para siempre esta organización».
Preguntado por Efe tras la reunión, Cochez admitió que Panamá «no va a presentar ninguna iniciativa concreta» ante la OEA.
«Simplemente creíamos necesario plantear ante este Consejo que no estábamos de acuerdo con las opiniones del secretario general de la OEA, que no es quien para hablar a nombre de todos los miembros, haciéndose de una responsabilidad que no le corresponde: interpretar la Constitución de uno de nuestros países», indicó.
Insulza indicó el pasado 10 de enero que «respeta cabalmente» la decisión tomada por los poderes constitucionales de Venezuela para postergar indefinidamente la toma de posesión del presidente Hugo Chávez, y consideró que ya se ha «resuelto el problema».
Una serie de países, como Brasil, Bolivia, Argentina y Nicaragua, se sumaron a esa interpretación en la sesión de hoy; mientras que el representante de Canadá, el embajador Allan Culham, fue el único en proponer una medida concreta.
«Canadá quisiera presentar la posibilidad de una misión para poder ver los hechos, dirigida por el secretario general, como se hizo en Paraguay. Esta misión se puede considerar como una mejor práctica de la OEA para poder analizar los asuntos de gobernanza en el país», indicó Culham.
No obstante, la propuesta canadiense se hizo en el apartado de «otros asuntos» de la sesión y no se encontraba en la agenda, por lo que según el reglamento de la OEA no pueden tomarse decisiones sobre ella, a no ser que haya una propuesta formal en la próxima sesión del Consejo, que aún no tiene fecha.
Cochez valoró la propuesta e indicó a periodistas tras la reunión que «lo que planteó Canadá sería una forma de aclarar lo que está ocurriendo».
Estados Unidos, por su parte, se limitó a reiterar a través de su portavoz Carmen Lomellín que su país «no interpretará la Constitución de Venezuela».
«Eso corresponde al pueblo de Venezuela», subrayó Lomellín, quien sugirió que el diálogo de hoy pueda «elevarse a una deliberación que no se fundamente en ataques personales sino en un análisis profundo de la Carta Democrática Interamericana», sin dar más detalles.
El embajador de Venezuela, Roy Chaderton, atribuyó el revuelo a una «alocada, persistente y patológica cadena de intromisiones en asuntos de democracia interna venezolana» y calificó a Cochez de «patán». EFE