Un equipo investigador reunió a 94 médicos de 40 consultorios de atención primaria de la Red Nacional de Investigación de la Academia Estadounidense de Médicos de Familia (AAFP, por su sigla en inglés)
NUEVA YORK. Un médico que sospecha que un paciente está teniendo problemas con el alcohol seguramente estará en lo cierto y esa sospecha debería confirmarse con una pesquisa formal, según recomienda un artículo publicado en Annals of Family Medicine.
Su autor principal, doctor Daniel C. Vinson, del Departamento de Medicina Familiar y Comunitaria de University of Missouri, Columbia, recomendó «no confiar en la intuición clínica para detectar la adicción al alcohol o las drogas, sino realizar pesquisas de rutina, por ejemplo, cada año. Esos problemas suelen ocultarse y están en todos los grupos sociales».
Los autores del artículo escriben que los problemas con la bebida a menudo se detectan a partir de una sospecha clínica en lugar de una pesquisa formal. Integrar la pesquisa del alcoholismo en la atención primaria de rutina sigue siendo «el principal desafío», aunque el alcoholismo es «prevalente, costoso y una de las principales causas de morbilidad y mortalidad, y la Comisión Especial de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF, por su nombre en inglés) recomienda (grado B) su pesquisa».
El equipo reunió a 94 médicos de 40 consultorios de atención primaria de la Red Nacional de Investigación de la Academia Estadounidense de Médicos de Familia (AAFP, por su sigla en inglés).
De los 2.518 pacientes que consultaron durante el estudio, 2.173 recibieron un cuestionario a la salida de la consulta para detectar problemas con el alcohol. El 78 por ciento (1.699) respondió el cuestionario. Tenían alrededor de 50 años y el 67 por ciento era mujer.
El 10,1 por ciento de esos pacientes (171) consumía alcohol de manera peligrosa, como lo reveló un puntaje de por lo menos cinco en el cuestionario AUDIT-C y el 3,8 por ciento (64) bebía de manera perjudicial (abuso o dependencia del alcohol), según lo demostró la pesquisa a partir del DSM-IV.
Cuarenta y dos de los 94 médicos habían conversado sobre el consumo de alcohol con 92 pacientes, incluidos 69 de los 81 (85 por ciento) sospechados de tener algún problema con el alcohol.
La sospecha clínica tuvo una sensibilidad del 27 por ciento y una especificidad del 98 por ciento, con un valor predictivo positivo del 62 por ciento y un valor predictivo negativo del 92 por ciento.
Aunque la sensibilidad fue baja, la especificidad de la sospecha clínica fue «tranquilizantemente alta», según escriben los autores, «con pocos falsos positivos».
«Los modelos logísticos que controlan las características de los pacientes demostraron que la sospecha médica del alcoholismo está asociada con una OR=16,3 (IC del 95 por ciento: 9,3-28,4) de detección de un problema con la bebida identificado mediante una pesquisa», informa el equipo.
Además, un 62 por ciento de valor predictivo positivo significa que el médico puede conversar con el paciente sobre el consumo de alcohol «sin preocuparse de estar hablando sobre algo que no es importante para la salud del paciente».
Vinson recomendó que «si un médico sospecha o sabe que un paciente está teniendo problemas con el alcohol o las drogas, debería abordarlos porque la sospecha a menudo se confirma. Hay que trata esos problemas como enfermedades crónicas que no se resolverán hoy, sino en el tiempo. Hay que aprender a hacerlo de manera cómoda para el paciente, lo que se puede lograr con nuestro entrenamiento online (gratuito) en https://adept.missouri.edu