Las dietas para perder peso restringen la ingesta de alimentos específicos, o de comida en general. Lo que funciona para reducir el peso de una persona no necesariamente es útil para otra, debido a las diferencias metabólicas y estilo de vida
La dieta es la práctica de comer (y beber) de una forma regulada para lograr un objetivo particular a corto plazo. El objetivo más común de las dietas es perder el exceso de grasa corporal. Algunas dietas son prescritas para lograr un objetivo médico especial, como las dietas libres de sodio, las dietas blandas y ligeras, mientras que otras están diseñadas para disminuir o aumentar la grasa corporal y para ganar músculo.
La práctica de la dieta para perder peso es antigua. Durante los siglos XVII y XVIII, los médicos regulaban la comida cuidadosamente para prevenir enfermedades. En el siglo XIX, cuando se hizo una clasificación científica de la comida, los médicos y científicos empezaron a experimentar con las dietas. William Banting fue una de las primeras personas que desarrolló y culminó con éxito una dieta de adelgazamiento en 1863, reduciendo la ingesta de carbohibratos. La dieta baja en carbohidratos, comercializada a veces como Dieta Atkins, sigue siendo popular hoy en día.
Tipos de dieta
Las dietas para perder peso restringen la ingesta de alimentos específicos, o de comida en general. Lo que funciona para reducir el peso de una persona no necesariamente es útil para otra, debido a las diferencias metabólicas y estilo de vida. También es importante señalar que hacer dieta a corto plazo no siempre conduce a una pérdida de peso a largo plazo. Reducir el suministro de comida provoca que se almacene grasa en exceso, como respuesta al hambre, una vez que se vuelve a la alimentación normal, lo que significa que hacer una dieta produce una pérdida de peso a corto plazo pero posteriormente lo incrementa.
Las dietas para ganar peso son seguidas por muchos atletas profesionales, como por ejemplo los que practican halterofilia con el objeto de participar en una clase superior. Algunos jugadores de fútbol americano también suelen seguir este tipo de dietas.
Los actores también suelen hacer dieta tanto para bajar como para aumentar el peso según el papel que les den. Esto puede provocar graves efectos sobre la salud si los cambios de peso son muy bruscos en poco tiempo.
Dietas estrictas
Las dietas muy estrictas o extremas pueden ser muy peligrosas, además de inefectivas. Si una persona busca la idea popular de ser delgada y atlética, las dietas de pasar hambre son contraproducentes.
Píldoras dietéticas
Hay muchas píldoras dietéticas a la venta, algunas de las cuales están asociadas con programas de dieta. La mayoría de esas pastillas, incluyendo las que contienen vitaminas y minerales, no son efectivas para perder peso. Algunas sí son efectivas a corto plazo, pero con efectos secundarios desagradables y potencialmente peligrosos. Entre estos productos están las hierbas fisiológicamente activas disponibles en herboristerias, así como algunas medicaciones prescritas por los médicos y farmacéuticos.
En general, estos medicamentos se dividen en dos tipos: los diuréticos, para inducir la pérdida de agua; y los estimulantes (como la efedrina y, más recientemente, la sinefrina, ya que la efedrina ha sido prohibida como suplemento de adelgazamiento por la FDA) para incrementar los latidos del corazón y reducir el apetito. Ambos tipos de medicamentos pueden causar daño al hígado y a los riñones. Los estimulantes pueden causar ataques cardíacos repentinos y adicción.
En Junio de 2006, la Unión Europea aprobó la venta del medicamento dietético Rimonabant, comercializado en algunos lugares con el nombre de Acomplia. Este nuevo tipo de píldora dietética parece prometedor como acompañante de las dietas prescritas por el médico.
Dietas yo-yo
Una dieta yo-yo consiste en alternar períodos donde se come mucho y otros donde se pasa hambre. Es un método particularmente inefectivo para mantener un peso adecuado. El cuerpo humano responde al hambre disminuyendo el metabolismo, y cuando el alimento está otra vez disponible, se almacena inmediatamente como grasa. Este mecanismo de supervivencia, aunque es una respuesta útil para una escasez real de comida, deja a la persona alertagada y fatigada. El metabolismo puede ser restaurado a un nivel más alto mediante ejercicio y una dieta ligera, que se define como la mínima ingesta diaria de calorías de un 75% de la tasa metabólica basal o 1000 calorías. Esto debe hacerse siempre bajo supervisión médica. Una vez que se llega al peso ideal, es esencial una dieta de mantenimiento, que requiere limitar la ingesta de calorías en exceso y hacer pequeños cambios en respuesta a observaciones físicas (el peso y la apariencia).
Ayuno y dietas
bajas en calorías
Aunque cualquier persona puede perder peso mediante el ayuno, esta es una práctica peligrosa. Cuando los supervivientes de los campos de concentración fueron examinados por los médicos se observó que el poco peso que tenían era un su mayor parte grasa y apenas músculo. La pérdida de músculo se debe en parte al hecho de que el cerebro no puede funcionar totalmente con grasa como combustible.
El cuerpo almacena carbohidratos en forma de glucógeno en los músculos y el hígado. El glucógeno se usa para fabricar glucosa. Los almacenes de glucógeno duran sólo un par de días (sin alimentarse). Los ayunos, las dietas muy bajas en calorías y las dietas bajas en carbohidratos hacen que la glucosa deba obtenerse de las proteínas. En el caso de que la dieta sea insuficiente en proteínas, se recurrirá a las fuentes internas por lo que se produce la autolisis y pérdida de músculo (la conversión de proteínas a glucosa se llama gluconeogénesis).
Una dieta muy baja en calorías restringe todos los carbohidratos y grasas no esenciales, pero proporciona las proteínas necesarias para prevenir la pérdida de músculo, lo que se conoce como «ayuno modificado para no perder proteínas». Este tipo de dieta es posible cuando las proteínas que se comen son suficientes para mantener las necesidades de glucosa del cuerpo a través de la gluconeogénesis. Una investigación ha demostrado que una ingesta de 1 a 1.5 gramos de proteínas al día por kilogramo de peso ideal previene la pérdida de proteínas corporales. Por tanto, un ayuno de este tipo permite una rápida pérdida de grasas, debido al severo déficit calórico que se crea cuando casi todos los carbohidratos y grasas son eliminados de la dieta. Esta dieta extrema tiene muchos peligros potenciales, tales como cambios hormonales y rápida ralentización del metabolismo. A veces estas dietas son usadas por los culturistas para perder grasa y exponer músculo antes de las competiciones.
Efectos secundarios
Las dietas de adelgazamiento, en especial las extremas, pueden tener los siguientes efectos secundarios: hambre prolongada, depresión, potencia sexual reducida, fatiga, irritabilidad, debilidad, sinusitis, pérdida de músculo, erupciones, acidosis, ojos rojos y enfermedad en la vesícula biliar.
Agencias