Tres años antes, Jane Roe, seudónimo de Norma McCorvey, una madre soltera embarazada por tercera vez, denunció ante un tribunal de Texas la constitucionalidad de la legislación de ese estado sureño, que consideraba el aborto como un crimen.
La instancia jurídica más alta del país asumió el caso unos meses más tarde en base a un recurso de Roe contra el fiscal de Dallas Henry Wade, pero también sobre el del doctor James Hallford y el de John et Mary Doe, una pareja sin hijos que deseaba interrumpir una gestación en completa legalidad.
Tras escuchar dos veces a todas las partes, la Corte Suprema esperó a que se celebraran las presidenciales de 1972 y a que el republicano Richard Nixon fuera reelegido para hacer pública su decisión, tomada con siete votos a favor y dos en contra.
Reconociendo «la naturaleza sensible y emocional del debate sobre el aborto, los puntos de vista rigurosamente opuestos, incluso entre los médicos, y las profundas y absolutas convicciones que el tema inspira», la Corte Suprema anuló las leyes de Texas sobre la interrupción de los embarazos.
La decisión, que tuvo efecto en una gran mayoría de estados donde estaban en vigor leyes similares a las texanas, estipula que «el derecho al respeto de la vida privada, presente en la Decimocuarta Enmienda de la Constitución (…) es suficientemente amplio para aplicarlo a la decisión de una mujer de poner fin o no a su embarazo».
«Una ley como la de Texas que hace del aborto un crimen, excepto cuando la vida de la mujer está en peligro, sin tener en cuenta el estadio de la gestación ni otros intereses en juego, viola la Decimocuarta Enmienda de la Constitución», afirmó la Corte en su decisión.
Pero la Corte se alineó con la opinión del tribunal de primera instancia, según el cual el derecho al respeto de la vida privada no era «absoluto».
«A un cierto estadio, los intereses del estado y la protección de la salud, los criterios médicos y la vida prenatal son primordiales», destacó el juez Harry Blackmun, quien redactó el texto en nombre de los nueve jueces de la Corte Suprema.
La instancia jurídica más alta de Estados Unidos dio así la razón a Jane Roe, quien años después se convirtió en una activista contra el aborto, pero no admitió los recursos del doctor Hallford ni de John y Mary Doe.
La sentencia «Roe versus Wade» fue seguida de la decisión «Doe versus Bolton», que autorizó a cada estado a añadir restricciones al derecho a abortar cuando el embarazo está avanzado.
El derecho constitucional a abortar ha sido confirmado por otras sentencias.
WASHINGTON, 19 Ene 2013 (AFP)