Los dos sujetos que la tarde del viernes murieron tras sostener un enfrentamiento con funcionarios de la División de Homicidios del Cicpc, en un edificio invadido de la esquina de Maturín, parroquia Altagracia, estaban señalados en un expediente por un triple asesinato ocurrido la madrugada de Año Nuevo.
Fuentes policiales indicaron que Deivis Nazareth Hernández Hernández (19) y su cuñado José Gregorio Echenique (25), corrieron al notar la presencia de los funcionarios, y se ocultaron en el edificio Permar, invadido desde hace varios años.
En el tiroteo que se generó entre los pisos 6 y 7 resultaron heridos Hernández y Echenique, quienes murieron en el traslado a un centro asistencial.
En el sitio del suceso colectaron conchas de proyectiles, pedazos de plomos y dos pistolas, una marca Smith & Wesson y otra Browning.
Hernández tenía registro por robo, y a ambos los señalaban en las muertes de Miguel Angel Pineda Díaz (26), José Alberto Reverón Yánez (23) y Angel Javier Vargas Cáceres (27) y de ocasionarle lesiones a Adriana Carolina Vargas (29), cuando estos celebraban la llegada del año nuevo.
Las víctimas se encontraban frente al edificio Gran Misión Vivienda Venezuela, que tenía poco tiempo de adjudicado a sus moradores y según se conoció en esa ocasión, existían conflictos entre los habitantes de ambos inmuebles.
Además de balearlo, a Miguel Pineda lo arrastraron varios metros, le rociaron gasolina y lo quemaron.
Las evidencias comprometían a los habitantes del edificio invadido, y las pesquisas del Cicpc condujeron a la identificación de los presuntos responsables.
Los cuerpos de Hernández y Echenique fueron llevados a la morgue y a sus familiares les indicaron que debían ir a declarar al Cicpc. Los cadáveres no los entregaron ayer porque deben ser sometidos a reconocimiento post Morten en presencia de un Fiscal del Ministerio Público.
Parientes de los difuntos dijeron que a uno lo mataron en la cocina y al otro en un cuarto del apartamento que ocupaban. Echenique hacía vida marital con una hermana de Hernández, cuya madre, Olga Hernández, dijo que hubo exceso policial y se llevaron objetos de valor.
Ambos eran obreros de la construcción y la Misión Vivienda costearía los gastos de entierro.
Los funcionarios detuvieron en el edificio Permar a John Deiker Cabrera Hernández (18) y lo pusieron a la orden de la Fiscalía.