Un estudio de Japón contradice la noción de que los pacientes con un paro cardíaco extrahospitalario (OHCA, por su nombre en inglés) evolucionan mejor con un manejo agresivo de las vías aéreas.
En un estudio sobre casi 650.000 adultos con OHCA, cualquier manejo avanzado de las vías aéreas (como la intubación endotraqueal o el manejo de las vías aéreas en la zona de la supraglotis) estuvo independientemente asociado con una reducción de la posibilidad de sobrevida neurológicamente favorable.
Eso, comparado con la ventilación convencional con una máscara de bolsa autoexpandible, según publica el equipo en JAMA.
«Se podría decir que los pacientes más enfermos (todos tuvieron un paro cardíaco) recibieron principalmente intervenciones avanzadas», dijo el primer autor, doctor Kohei Hasegawa, del Departamento de Medicina de Emergencias del Hospital General de Massachusetts y de la Facultad de Medicina de Harvard, Boston.
«Pero también es posible que fueran menos propensos a recibirlas porque serían ‘médicamente fútiles’. Cualquier estudio observacional podría tener estos sesgos (de selección y confundente por la gravedad)», agregó.
«Por eso, realizamos varios pasos (por ejemplo, análisis de variables múltiples con distintos análisis de sensibilidad, emparejamiento del puntaje de propensión) para ajustar los resultados según la gravedad de los paros cardíacos y para que la comparación fuera lo más justa posible. Y hallamos asociaciones negativas constantes entre el manejo avanzado de las vías aéreas y los resultados neurológicos en todos los análisis estadísticos», indicó Hasegawa.
El estudio sobre una cohorte representativa de la población nacional incluyó a 649.359 adultos de Japón que tuvieron un OHCA entre enero del 2005 y diciembre del 2010, y en los que se intentó la reanimación de emergencia profesional con su traslado a instituciones médicas.
En el 57 por ciento de los casos (367.837) se utilizó una máscara de bolsa autoexpandible y en el 43 por ciento (281.522) se aplicó el manejo avanzado de las vías aéreas, incluido un 6 por ciento (41.972) tratado con intubación endotraqueal y un 37 por ciento (239.550) asistido con un dispositivo en las vías aéreas de la zona de la supraglotis.
La tasa de retorno de la circulación espontánea, de sobrevida a un mes y de sobrevida neurológicamente favorable fue, respectivamente, del 6,5, 4,7 y 2,2 por ciento.
La tasa de sobrevida neurológicamente favorable fue del 1 por ciento con la intubación endotraqueal y del 1,1 por ciento con el dispositivo para las vías aéreas de la zona de la supraglotis, comparado con el 2,9 por ciento con la máscara de bolsa autoexpandible.
En la regresión logística de variables múltiples, el manejo avanzado de las vías aéreas obtuvo un OR=0,38 para los resultados neurológicamente favorables, tras considerar la edad, el sexo, la etiología del paro cardíaco, el primer ritmo cardíaco documentado, el tipo de RCP que realizaron los testigos, el uso de un desfibrilador automático externo de acceso público, la administración de epinefrina y los intervalos de tiempo.
La probabilidad de sobrevida neurológicamente favorable fue significativamente menor para la intubación endotraqueal (OR ajustada=0,41) y el manejo de las vías aéreas en la zona de la supraglotis (OR ajustada=0,38).
En una cohorte emparejada por el puntaje de propensión de 357.228 pacientes, la probabilidad ajustada de lograr una sobrevida neurológicamente favorable fue significativamente más baja para la intubación endotraqueal (OR ajustada=0,45) y el manejo de las vías aéreas en la zona de la supraglotis (OR ajustada=0,36).
«Nuestras observaciones contradicen la idea de que la intervención respiratoria agresiva está asociada con mejores resultados», escriben los autores.
¿Cambiará la práctica con estos resultados?. Hasegawa opinó que la mejor respuesta la daría un ensayo clínico aleatorizado rigurosamente diseñado.
«Mientras esperamos esos resultados, las autoridades de las comunidades y las organizaciones nacionales deberían repensar el enfoque del manejo de las vías aéreas prehospitalario en los pacientes con un paro cardíaco. Como ocurre con cualquier
estudio observacional, nuestro estudio no prueba causalidad (que el manejo avanzado de las vías aéreas causen un peor pronóstico)».
El estudio se realizó con una beca de la Agencia para el Manejo de Incendios y Desastres de Japón.
˝ Fuente: JAMA, 2013.