En Venezuela hay mucho muchacho viviendo de fantasías y elucubraciones, hay que empezar por abrirle los ojos, hay que traerlos a la realidad, deseos no preñan. Debemos empezar por explicarles que las cosas no llegan por azar
Un muchacho de 21 años de edad, quiere tener vivienda propia, vehículo, estudiar de noche, una moto, un celular Samsung Galaxy III, ropa importada, novia con derecho, perfume Hugo Boss y mucho dinero para disfrutar de la playita y las rumbas. A esa edad es bastante difícil conseguir todo eso, a menos de que los padres sean ricos o estos tengan un alto cargo en el gobierno, existe también la posibilidad del Kino, trabajando honestamente es imposible que a esa edad se pueda gozar de todos esos privilegios. No se pude hacer tanto dinero en tampoco tiempo.
Todos los muchachos parecieran que quieren resolver su vida antes de lo que le corresponde, si logran conseguir un buen trabajo en un ente público o privado, al poco tiempo de comenzar a trabajar (1 año) empieza la quejadera y la desesperación. Quejadera porque lo que ganan no les alcanza y necesitan de manera urgente ganar más, para poder obtener tarjetas de crédito, que les permita el cupo internet de Cadivi y comprar en Amazon, además viajar para Panamá con los dólares manguangua del gobierno, aunque todavía ni siquiera conozcan la Casa natal de Simón Bolívar en el centro de Caracas. Desesperación porque empiezan a ser supuestos negocios, en su mayoría de carácter dudosos para mejorar sus ingresos. Eso está ocurriendo ante nuestros propios ojos.
Actualmente existe una voracidad de consumismo por parte de los jóvenes venezolanos incontrolable, desesperante y contradictoria, algunos comentan a viva voz, en Venezuela no se puede vivir y me voy en lo que pueda para Europa o Estados Unidos, como si en esos países van a lograrlo de manera inmediata. Les comento por si no lo saben, en esos países los jóvenes a la edad de 21 años lo que están es endeudados para poder pagar sus estudios universitarios y ni hablar de la posibilidad de tener un carro para farandulear, utilicen el Facebook para que vean como la están pasando los jóvenes de Grecia, Portugal y España. Leer algo de vez en cuando para estar informado no es nocivo para la salud.
En Venezuela hay mucho muchacho viviendo de fantasías y elucubraciones, hay que empezar por abrirle los ojos, hay que traerlos a la realidad, deseos no preñan. Debemos empezar por explicarles que las cosas no llegan por azar. Es verdad que en las urbanizaciones y en los barrios existen unos tipos (Pranes) que andan desde muy joven haciendo trampas y dañando a los demás. Es cierto, han logrado obtener dinero, pero también no es menos cierto que la mayoría termina muerto o preso muy joven también.
No se trata de que los muchachos a los 21 años tengan un expediente de sufrimientos como aquellos padres, profesores y dirigentes políticos, que cuando hablan de su vida cuentan que estudiaron de noche con una vela, que vendían empanadas, que estudiaron en las condiciones más precarias que pudieran existir en el planeta tierra o que tuvieron que trabajar en condiciones similares a la esclavitud, para lograr lo “poco” que tienen. Se trata de que los muchachos entren en un estado de sensatez y que entiendan que las cosas tienen su tiempo y se consiguen trabajando no haciendo trampas o tratando de ser más vivos que los demás. Los valores.
Fran Tovar
e-mail: fran432@gmail.com