Alrededor de 100.000 personas residen en viviendas inadecuadas
CHINA. Para muchos de los habitantes ricos de Hong Kong, una de las ciudades más opulentas de Asia, hogar es sinónimo de una mansión con una amplia vista desde las alturas de Victoria Peak. Para los más pobres, como Leung Cho-yin, «hogar» es una jaula de metal. Este ex carnicero de 67 años paga mensualmente unos 167 dólares por una de las jaulas de alambre tejido parecidas a conejeras que se amontonan en un ruinoso departamento del barrio obrero de West Kowloon.
Las jaulas, apiladas unas sobre otras, miden 1,5 metros cuadrados. Para mantener alejadas a las pulgas, Leung y sus compañeros de vivienda no usan colchones en el piso de su jaula, sino esterillas de bambú, e incluso linóleo usado. «Ya me picaron tanto que me acostumbré», dice Leung, arremangándose una campera que le queda grande para mostrar las picaduras en la mano. «No tengo otra. Tengo que vivir acá. Tengo que sobrevivir», dijo mientas tosía con flema.
Alrededor de 100.000 personas de la ex colonia británica viven en lo que se conoce como «viviendas inadecuadas», según la Sociedad para una Comunidad Organizada, una entidad de bien público. Esa categoría también incluye los departamentos subdivididos en diminutos cubículos, o repletos de cajones del tamaño de ataúdes o compartimentos de metal, así como las casuchas construidas en las azoteas. Las «casas jaula» no son nuevas en Hong Kong, pero sí su crecimiento, que es la contracara sombría de la célebre riqueza de esta ciudad.
Vía Globovisión