La negociación de los Marineros de Seattle con el lanzador derecho venezolano Félix Hernández dejaron al descubierto las nuevas tendencias de la industria, en el sentido de darle mayor valor al récord médico de los jugadores
Buster Olney
espndeportes.com
Los Marineros veneran el trono de Félix Hernández, porque para ellos, él es El Rey, la pieza central de la franquicia. No hay otra cosa que quieran más que Hernández pueda ser exitoso, y para ello, le pagarían, felizmente.
Pero tienen que trabajar con las preocupaciones del codo, cualquiera que sea la naturaleza específica de las preocupaciones, y este es sólo el último ejemplo de una nueva tendencia en la industria.
Mientras aumenta la cantidad de dólares invertida en salarios, y se convierten en más preciados en el sistema de sorteo, los equipos han tomado cada vez más cuidado al evaluar el récord médico de los jugadores; y, en los ojos de algunos agentes, se han hecho más adeptos a levantar banderas rojas.
El caso de Hernández es comparar manzanas con naranjas; no es agente libre, y ya está bajo contrato por dos años. Pero los agentes y los oficiales del equipo señalan que la frase «sujeto a un examen físico» nunca ha tenido un mayor significado que ahora.
Este invierno, por ejemplo, los Medias Rojos cancelaron una oferta de tres años y #39 millones con Mike Nápoli debido a problemas de la cadera, y los Cachorros anularon un cambio de Dan Haren por Carlos Mármol con los Angelinos debido a la percepción de un problema de la cadera.
Algunas de las banderas rojas por razones médicas son significativas. El contrato de R.A. Dickey fue famoso por haber sido reestructurado al descubrirse que le faltaba un ligamento del codo.
También hay preocupación entre los agentes, sin embargo, de que algunos equipos han usado las banderas rojas del físico de los jugadores para adquirir más poder de negociación; usualmente por preocupaciones legítimas. Algunos agentes también creen que a veces los equipos recurren a esas tácticas para bajar la oferta monetaria acordada o agregar lenguaje favorable en el contrato.
«Un jugador en esa situación está en una situación difícil», dijo un agente. «Él tiene que elegir; puede firmar por una cantidad menor, o regresar a un mercado donde todo el mundo piensa que está lesionado. Realmente no tienen muchas alternativas».
Hay una espada de doble filo en las mejoras de la medicina del deporte: Los médicos del equipo pueden ver más, pero también tienen la capacidad de ver más problemas potenciales con las imágenes de resonancia magnética. «Tú literalmente vas a tener a cinco doctores analizando las mismas imágenes con diagnósticos distintos», dijo un agente.
Los doctores afiliados a los equipos son vistos como ultraconservadores, según algunos agentes, porque ellos saben que si surge un problema luego de que el jugador firme el contrato, los doctores podrían tener que responder por sus recomendaciones. «Ellos diagnostican las imágenes, y los síntomas», dijo otro agente.
Es un sistema imperfecto que puede poner al jugador en desventaja. Esta es una de las posibles soluciones: La aprobación final de cualquier contrato que involucra un jugador agente libre, o cerca de la agencia libre, podría ser delegada a un panel de médicos elegido por MLB y la Asociación de Peloteros.
Bajo el sistema actual, los equipos tienen que ver los récords médicos de los agentes libres, para que los vean sus doctores libremente. Con el conocimiento obtenido de esos récords, los equipos negocian con los jugadores, pero, luego, tras un acuerdo, los jugadores pasan por una batería de examinaciones médicas con el equipo.
Es en ese momento -cuando están en el purgatorio de los contratos- que el poder de negociación de los jugadores se ve reducido. Una vez los Medias Rojas aguantaron el contrato de Nápoli, se destruyó prácticamente su posición en el mercado. Si hubiese optado por regresar al mercado en lugar de aceptar una reestructuración de su acuerdo con Boston, hubiese sido muy difícil para Nápoli conseguir algo cerca a los $39 millones que le ofrecieron los Medias Rojas; terminó con un contrato de un año con Boston que le garantiza sólo $5 millones.
Un nuevo sistema podría funcionar de esta manera: Cada agente libre prospectivo podría pasar por una examinación al final de la temporada, bajo la supervisión de un panel de doctores elegido por el sindicato y MLB. Todos los equipos podrían acceder a esa información.
Luego, al completarse un acuerdo de contrato, el mismo panel independiente podría supervisar otra batería de exámenes para cada jugador. Esto protegería al equipo de cualquier lesión del receso de temporada -tales como el de Francisco Liriano, quien se partió su brazo de no lanzar durante el invierno- pero también protegería al jugador de que un equipo dañe sus prospectos en la agencia libre, ya sea sin querer o intencionalmente. Podría funcionar como el panel de compensación de trabajadores de California.
El número de banderas rojas ha crecido, y hace falta algún tipo de ajuste.
RECUADRO
No fue por el dinero
Félix Hernández y los Marineros de Seattle hicieron público su nuevo pacto el miércoles, en las instalaciones del Safeco Field, estadio del equipo.
En medio de una rueda de prensa, el club y el lanzador sellaron el nuevo contrato, que mantendrá al venezolano en Seattle por siete años más y 175 millones de dólares.
“Lo primero que tengo que decir es gracias a los Marineros”, comentó el lanzador. “Voy a ser el mismo de siempre. De repente, seré un mejor lanzador”, continuó.
De repente, el carabobeño se notó nervioso frente al micrófono. “Necesito un minuto”, dijo antes de soltar algunas lagrimas. “Ustedes me ven. Ven que estoy temblando. No sé ni qué decir”.
Hernández tiene ocho años de experiencia en las mayores. Toda una trayectoria con los Marineros, equipo con el que ganó el Cy Young en 2010 y lanzó un juego perfecto a mediados de 2012. “Desde que llegué a esta ciudad en 2005 siempre me gustó el ambiente. No hay nada como jugar en el Safeco Field. Amo a Seattle y me quiero quedar acá. No los decepcionaré. Voy a dar lo mejor de mí y vamos a llegar a los playoffs”, afirmó.
El contrato de Hernández es el más alto firmado por un lanzador en las mayores y el más sustancioso para un venezolano. “Tienes que hacer lo que tienes que hacer para estar en el tope. El beisbol es mi vida”, comentó.
A principios de semana, medios estadounidenses especularon que el lanzador tenía molestias en su codo y por eso el nuevo contrato estaba en duda. “Estoy totalmente saludable”, respondió el derecho. El gerente general del equipo, Jack Zduriencik, lo refrendó: “Los médicos revisaron a Félix y no encontraron nada. Él ha lanzado toda su vida y nunca le ha pasado nada”, aseguró.
Hernández, siempre involucrado en rumores de cambio, se quedará por largo tiempo con los Marineros, un equipo que no llega a la postemporada desde 2001. “No firmé por el dinero. Estoy aquí porque amo a Seattle y me siento cómodo aquí. Espero que pueda seguir en Seattle por más de siete años”, aseguró.