Una vez más surge el fantasma del enfrentamiento entre el largo plazo y el corto plazo durante la búsqueda de una fórmula salvadora para la economía de Estados Unidos.
¿Queremos resultados ya, cuando más de 12 millones de personas económicamente activas no tienen empleo y decenas de miles más saldrán a la calle durante los próximos ocho meses por el recorte presupuestal que empieza en marzo? ¿O seguimos haciendo anuncios que generan aplausos pero ningún empleo inmediato?
No se necesitan grandes teorías y modelos para imaginar que no es mucho lo que puedan hacer 1.000 millones de dólares para cubrir el efecto de la pérdida de 85.000 millones de dólares en la economía de Estados Unidos, cuyo crecimiento y generación de empleo no han mostrado mejoría sustancial durante los últimos meses.
Durante su reciente discurso del Estado de la Unión el presidente Barack Obama anunció la inversión de 1.000 milllones de dólares para crear la Red Nacional de Innovación Industrial (NNMI, por las siglas en ingles de National Network for Manufacturing Innovation). Ya lo había hecho por primera vez durante su visita en marzo de 2012 a las instalaciones de The Rolls-Royce Crosspointe en el estado de Virginia.
Desde entonces el presidente sigue esperando que el Congreso apruebe el presupuesto para esa iniciativa.
Lo que sí parece inminente es que en poco menos de dos semanas, a partir del primero de marzo, entrará en vigor un programa de recorte del presupuesto federal por 85.000 millones de dólares, que deberá ser completado en los siguientes ocho meses.
Es decir que estamos ad portas de ver el cierre de programas federales en las áreas de defensa y no defensa, cuyo efecto es la eliminación de por lo menos 1.4 millones de puestos de trabajo, según cálculos de la Oficina del Presupuesto del Congreso.
Según la Ley de Alivio al Contribuyente Americano (ATRA, por las siglas en ingles de American Taxpayer Relief Act) de 2012, esa reducción presupuestal debió comenzar el primero de enero de 2013 como parte de un programa de recortes automáticos de fondos, conocido como embargo, debido al fracaso del Congreso en lograr un acuerdo de reducción del déficit fiscal por 1,2 billones de dólares.
En caso de que el Congreso no meta la mano con urgencia y dedicación durante las próximas dos semanas, la Unión Americana enfrentará el achicamiento del Estado equivalente a 13% en los programas de Defensa y 8% en otros programas, aunque el cálculo inicial de la Oficina de Gerencia y Presupuesto de la Casa Blanca (OMB, por las siglas de Office of Management and Budget) era de 8% y 5%, respectivamente.
Efrén Rodrigo Herrera / AP