Detectives del Cicpc indagan si el atentado criminal contra José Antonio Pereira Vivas, escribiente de la Notaría Pública Segunda del Municipio Libertador, lo cometió un sujeto con el que discutió porque su yerno le ocupó lugar en parqueadero del edificio Canagua
Cuando los vecinos de las residencias Canagua, en la UD4 de Caricuao escucharon el disparo se asomaron de prisa a las ventanas del edificio. Algunos que estaban más cerca porque salían en su jornada diaria vieron cuando el homicida disparó contra José Antonio Pereira Vivas, escribiente de la Notaría Pública Segunda del Municipio Libertador, quien quedó muerto en el sitio.
El hombre de 49 años de edad, salió de su apartamento en el piso 6 del bloque 2 de Canagua para ir a su empleo. A solo pasos de su vehículo HyundayAccent verde, placas AA672IT, fue herido de muerte en la cabeza. Un hombre joven que vestía short y franela “bolivariana” lo esperaba en el estacionamiento y sin mediar palabras le disparóo.
Cuando los vecinos presenciaron la escena gritaron desde el bloque y eso alarmó tanto al resto de los residentes como la familia de la víctima que no tardó en correr hacia la calle. El cadáver de Pereira quedó boca arriba. En las manos llevaba las llaves del carro.
Mabel de Pereira, esposa del escribiente, fue la primera en bajar al estacionamiento donde yacía su esposo. Junto a su hija, la mujer se sentó en la acera a esperar que la policía fuera a levantarlo. No cree que fuera producto de un robo pero al respecto no ofreció ningún detalle.
El cadáver quedó en el sitio con un tiro en la cabeza. La zona fue acordonada por efectivos de la PNB para facilitar la labor de las comisiones del Cicpc que iniciaron las averiguaciones.
Aunque se habló en el sitio acerca de un presunto móvil de robo de su vehículo en el entorno de la víctima se manejan otras versiones. El sábado pasado José Pereira discutió con un vecino del bloque por un puesto en el estacionamiento.
El yerno de Pereira estacionó su camioneta en el puesto del sujeto que no tardó en hacerle el enfurecido reclamo que dio paso a una acalorada discusión. Pereira intervino para defender a su hija y al parecer recibió señalamientos amenazantes.
Los vecinos estaban consternados ante la noticia de su muerte. Lo recordaban como vecino ejemplar, excelente persona y colaborador. Siempre le veían marcharse temprano a su trabajo y los fines de semana, haciendo reparaciones de artefactos de línea blanca.
Los residentes de Canagua hablaron de lo inseguro del sector porque se roban carros y “hasta las bolsas de mercado” dijo una señora.
Hace dos meses robaron el carro de una profesora que llegó a las 8.00 de la noche y fue sorprendida por dos sujetos que entraron en otro vehículo. En octubre pasado, violaron a una adolescente de 13 años que bajó por las escaleras del bloque y un sujeto la sometió para llevársela hasta los matorrales. “Todavía estamos buscando al violador”, dijo Ángel Rincón, vecino del bloque 4.
Rincón contó que hace un año reactivaron la reja de la entrada a la urbanización y elevaron el costo del condominio para contratar vigilancia privada pero los vecinos no cooperaron. “Yo mismo me ofrecí a hacer de vigilante un mes pero no me pagaron y dejé eso así. Ahora entra cualquiera a la hora que sea. En los últimos dos años se han llevado 15 carros”.
Angel Romero, cuñado del escribiente de la notaría, contó que la víctima tuvo un problema el fin de semana y todo hace presumir que de ahí se desprende el crimen. Dijo que Pereira, a quien consideraba un hermano, reparaba lavadoras y neveras los fines de semana. “Siempre estábamos juntos sábados y domingos. No llego a creer que este muerto”, agregó.
AA