Benedicto XVI, hace efectiva su renuncia a seguir siendo Sumo Pontífice de la Iglesia Católica el 28 de febrero, por motivos de salud, siendo éste papa, el número 23 que se retira o es obligado a renunciar. La renuncia de Benedicto XVI, ha revolucionado las Políticas Públicas Vaticanas, ya que desde el papa Gregorio XII (1406-1414) , lo hizo, hacen ya 598 años, todos los Pontífices de la Iglesia, que le han presidido duraban en su reinado hasta su muerte.
Tras la renuncia de Benedicto XVI, salen a relucir las celebre profecías de Malaquías y de Nostra Damus, sobre el Panificado; para Malaquías, vendrá a dirigirá la Iglesia el papa que tomará como nombre de “Pedro el Romano”, y con él vendrán tiempos difíciles tanto para la Iglesia como para la humanidad, para Nostra Damus, el próximo papa, será el “Papa Negro”, y con él se dará el final del papado.
Con esas profecías en conjeturas, salen a relucir los nombres, que si bien no existen candidatos oficiales por parte de la Iglesia, estos a mi manera de analizar son los papables o potenciales pontífices, y son los que se mencionan con cierta fortaleza en los corrillos religiosos, para ocupar el trono de San Pedro: Joao Braz de Aviz (Brasil, 65 años) llevó un aire fresco al departamento vaticano de congregaciones religiosas cuando asumió en el 2011. Apoya la preferencia por los pobres en la teología para la liberación latinoamericana, pero no los excesos de sus impulsores. Timothy Dolan, (EEUU, 62 años) se convirtió en la voz del catolicismo estadounidense tras ser nombrado arzobispo de Nueva York en el 2009. Su humor y su dinamismo han impresionado al Vaticano. Leonardo Sandri (Argentina, 69 años) es una figura «transatlántica», nacido en Buenos Aires de padres italianos. Tuvo el tercer puesto en importancia en el Vaticano como su jefe de gabinete entre el 2000 y el 2007. Odilo Pedro Scherer (Brasilia, 63 años) se ubica como el candidato latinoamericano más fuerte. Arzobispo de Sao Paulo, la mayor diócesis en el mayor país católico. Luis Tagle (Filipinas, 55 años) tiene un carisma que se suele comparar con el del fallecido Juan Pablo II. También es un colaborador estrecho de Benedicto XVI luego de trabajar con él en la Comisión Teológica Internacional y Peter Turkson (Ghana, 64 años) es el principal candidato africano. Jefe de la oficina de justicia y paz del Vaticano, es el portavoz de la conciencia social de la Iglesia y de la reforma financiera mundial.
El punto de mayor interés, en la elección del papa, está en el Cónclave, formado esta vez, por 115 Cardenales, que según dice la tradición que es el Espíritu Santo, el que influye con mayor fortaleza en la elección del sucesor de San Pedro, pero aparte también se comenta por costumbre que un candidato a papable, puede salir del Cónclave como Cardenal. Lo cierto es que aunque exista el juramento de silencio de los Cardenales, en el Cónclave, como toda elección en donde los humanos participan, hay interés político, económico, social y en este caso especial religioso y de fe. Por lo tanto cualquier Cardenal, obispo, sacerdote y hasta un seglar puede ser electo Papa, siempre y cuando sus capacidades mentales y físicas así se lo permitan.
De las Políticas Públicas, de las profecías, de los cometarios y de las intrigas humanas vaticanas, los papables, deben estar en estos tiempos de confrontaciones políticas, sociales y de fe, entre los 60 y 70 años (máximo), edad esta que les permite tener la madurez y la salud, que un papa de hoy requiere para su complicado ejercicio episcopal. Por tanto para mí el nuevo papa y de acuerdo a las profecías y a sus capacidades humanas, intelectuales, sociales, políticas, religiosas, de fe y hasta raciales el nuevo papa, debe ser el Cardenal Peter Turkson, que tiene el nombre de Peter (Pedro, según Malaquías) y es africano (de raza negra, según Nostra Damus), solo que ahora nos queda esperar, para qué Espíritu Santo, diga su última palabra y de esa forma tener el papa que estos complicados tiempos exigen
Levy Benshimol R.