Preocupados por los recientes sucesos ocurridos en las parroquias La Candelaria, San Bernardino, El Recreo, San José y Altagracia, sus vecinos tomaron las riendas del asunto acudiendo al Ministerio de Interior y Justicia para exigir mayor resguardo en estas zona
Hechos como el asesinato del artista plástico e historiador Napoleón Pisani, quien fue asfixiado dentro de la Fundación John Boulton el pasado 14 de febrero, seguido del asesinato de los buhoneros Wilmer Omar Mejías y Carlos David Camacho tres días después por resistirse al robo en San Bernardino; fueron el detonante para que los vecinos del Norte de Caracas acudieran al Ministerio de Interior y Justicia a exigir mayor seguridad.
Los manifestantes de las parroquias: La Candelaria, San Bernardino, Altagracia, San José y El Recreo presentaron a través de un pliego cada una de las exigencias, que en reiteradas ocasiones aseguran haber sido denunciadas ante las autoridades gubernamentales y aún siguen sin reflejarse en la protección a las ciudadanos, la propiedad y frustrar los hechos ilícitos.
Así lo manifestó, Carlos Julio Rojas vocero del Frente en Defensa del Norte de Caracas, quien aseguró que las calles se encuentran tomadas por la delincuencia, que se valen de la ausencia policial que dejó de operar en lugar, para cometer a diestra y siniestra sus atracos y homicidios y aquellos que se observan en la zona están infiltrados por la corrupción.
“Nuestra exigencia es que el ministro Néstor Reverol, tome la iniciativa de desplegar funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana- PNB- y activar operativos de inteligencia para reprimir cualquier acción violenta del hampa que en lo que va de año han ultimado al menos 10 personas en estas zonas”, precisó.
Alcabalas de muerte
Ante esta situación , los manifestantes solicitan que se incrementen el patrullaje y que se establezcan políticas adecuadas de adiestramiento a los funcionarios policiales que encarguen de velar por la integridad física de los ciudadanos que son azotados por los delincuentes que se esconden en aquellos edificios invadidos, los cuales suman un total de 74 inmuebles.
Rojas señaló que aunque no todos los inmuebles tomados ilegalmente se les puede calificar de pertenecer al hampa, es conveniente señalar que en su mayoría son aprovechados por delincuentes. Es decir, los edificios invadidos se convierten en alcabalas de la muerte, en donde los antisociales roban a los transeúntes y se ocultan en estas estructuras, disfrazados de damnificados, creando el escenario perfecto para la inseguridad.
“En Candelaria hay 26 edificaciones tomadas, San Bernardino 10 y en El Recreo llegan a 37 convirtiéndose en focos de violencia, los cuerpos policiales tiene miedo de entrar a efectuar allanamientos, pues a diario la propiedad privada y el derecho a la vida están siendo violados”, se quejó.
Mairy Chourio / mchourio@diariolavoz.net / @mairychourio