(La Voz /AA).- Marcial Martínez, mecánico automotriz estaba en su taller mecánico cuando se enteró de la muerte del Presidente Chávez la tarde del martes. Solo minutos después lo llamaron para decirle que su hijo, Willy Otoniel Martínez, de 26 años de edad, había sido asesinado de seis disparos cuando laborada en su taller de mecánica de motos en El Valle.
Willy Otoniel tenía seis meses de haber puesto en funcionamiento el taller donde reparaba motocicletas, en el sector Cañicito, barrio San Antonio. A las 4:30 de la tarde estaba trabajando cuando dos hombres que llegaron en una camioneta Trail Blazer blanca ingresaron sin mediar palabras y lo acribillaron.
El cuerpo sin vida quedó dentro del taller. De allí fue trasladado a la morgue de Bello Monte, junto a otros seis cadáveres que fueron levantados en distintas zonas de Caracas.
La policía logró -con el testimonio de testigos- identificar a los homicidas, los mismos sujetos que hace tres años mataron Ronniel Pérez, de 18 años de edad, hermano de Willy Otoniel que fue ultimado en Tacarigua de Mamporal, estado Miranda.
Tras el crimen el joven encaró a los responsables y estos le juraron la muerte. Este martes cumplieron su palabra. La víctima dejó una hija de 5 años de edad. Su padre cree que la muerte en parte de esa violencia que no perdona. “Hoy me tocó a mí, mañana será otro. Esto no va a parar, todo el mundo está armado”, comentó.