La mayoría oficialista que controla los poderes, incluyendo el Legislativo y el Judicial, se casó con la teoría de la continuidad administrativa ejercida por el TSJ, y Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea, nunca ha sido visto por el chavismo como la figura constitucional llamada asumir la vacante dejada por el fallecido mandatario, de 58 años
CARACAS. La polarización política que ha marcado a Venezuela en los últimos años, entre partidarios y opositores del presidente Hugo Chávez, también permea el debate legal sobre quién debe estar en este momento al frente del país, tras el fallecimiento del jefe de Estado.
La Constitución venezolana dice que si el jefe de Estado muere es el presidente de la Asamblea Nacional quien debe asumir interinamente el cargo y hasta tanto se realicen nuevas elecciones.
Pero el Tribunal Supremo de Justicia dictaminó en enero que aunque Chávez no pudiera asumir el cargo, debido a su enfermedad y que a la postre lo llevó a la muerte el 5 de marzo, la legitimidad de su gobierno estaba dada por una masiva votación y que se trata además de un presidente reelecto.
De esa manera, según el Tribunal, se producía una «continuidad administrativa» entre el gobierno de Chávez de seis años, que culminó el 10 de enero, y uno nuevo que debía comenzar ese mismo día. Para el oficialismo, el mandatario nunca estuvo ausente, continuó tomando de decisiones y no dejó de estar al frente del gobierno.
Como Chávez designó a Nicolás Maduro como su vicepresidente y antes de partir a Cuba, el 8 de diciembre, pidió votar por él en caso de cualquier eventualidad, pues la mayoría oficialista que controla los poderes, incluyendo el Legislativo y el Judicial, se casó con esa teoría de la continuidad administrativa y Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea, nunca ha sido visto por el chavismo como la figura constitucional llamada asumir la vacante dejada por el fallecido mandatario, de 58 años.
Sin embargo, fue el mismo mandatario quien antes de viajar a Cuba dijo que si le pasaba algo Cabello debía encargarse de la administración interinamente y luego convocar a elecciones, como contempla la carta magna. Y de inmediato, pidió que votaran por Maduro.
Bajo el ardiente sol y los apretujones Orlando Gallardo, un carpintero de 59 años, dijo que no importa quién asuma la jefatura del país.
«Los dos son iguales. Nicolás Maduro y Diosdado Cabello son lo mismo», dijo Gallardo. «No importa quién este como presidente. El proceso y esta revolución ya nadie la frena», añadió seguro, utilizando el lenguaje implantado por Chávez a lo largo de 14 años de gobierno.
Pero Carlos Borola, de 57 años y miembro de un grupo de milicianos, dijo que «el chavismo no tendrá vigor en tanto no lo encarne el pueblo… Y será un proceso largo (porque) Nicolás Maduro no encarna el chavismo. No huele a pueblo».
«Estoy con Chávez y Nicolás Maduro. Hay que cumplir la voluntad del *comandante*» o como llamaban a Chávez, dijo Francisca Ramos, un ama de casa de 65 años, al caminar por el centro de la ciudad.
«Lo único que puedo pedirle a Diosdado y a Maduro es que mantenga la unidad», agregó la mujer para quien más allá del debate constitucional, «lo importante es seguir *la revolución*», o el estilo de gobierno implantado por Chávez con predominio estatal.
En cambio para Delia Ramírez, una contadora de 32 años, «lo ideal es que se cumpla la Constitución».
«Pero para mí ni Maduro ni Diosdado son buenos», añadió Ramírez, quien se identificó como opositora.
El ex magistrado del Supremo Tribunal, Román Duque Corredor, aseguró en entrevista telefónica que el ejercicio del vicepresidente Maduro, de 50 años, quien quedó a cargo del Ejecutivo, es ilegítimo precisamente por esas disposiciones de la Carta Magna sobre quién asume el cargo si muerte el jefe de Estado.
«La sala constitucional (del Tribunal) lo que hizo fue introducir un elemento distorsionador (en el mecanismo de sucesión) con el concepto de continuidad administrativa», aseguró el ex magistrado.
Mario Gómez, un albañil de 30 años, quien estaba con sus dos pequeños hijos, de cinco y seis años, dijo que «debe respetarse la Constitución, votemos por Maduro».
Pero, agregó Gómez, «si la ley dice que mientras tanto (se hacen las elecciones) Diosdado es el presidente, debemos hacerlo. Por algo *el comandante* (Chávez), los llamó a los dos…y dijo que había qué hacer», aquel 8 de diciembre antes de partir a Cuba para una cuarta y última operación de cáncer.
La televisora oficial Venezolana de Televisión indicó en su página de internet que Maduro firmó el martes como «presidente encargado» el decreto en el que se declaran siete días de duelo nacional por la muerte de Chávez.
Según las leyes venezolanas, un jefe de Estado en ejercicio puede dejar un encargado, pero hasta ahora se desconoce cuándo Chávez pudo hacer tal delegación. En diciembre, antes de salir a La Habana, Chávez sólo indicó que Maduro quedaba con «el mando político», pero nunca le nombró «presidente encargado».
«Me voy y el alto mando político pues, aunque no lo entrego, sin embargo lo delego y está en buenas manos, allí esta Nicolás», dijo Chávez en un encuentro con los militares y antes de partir a Cuba.
La Fuerza Armada brinda
su apoyo a Nicolás Maduro
La televisora oficial también dijo que el ministro de la Defensa, almirante Diego Molero, había prometido apoyo de las fuerzas armadas a la candidatura de Maduro contra una posible aspiración del opositor Henrique Capriles, lo cual desató preocupaciones sobre la imparcialidad de los comicios.