Aspiraciones de sede mundialista y el torneo continental desafían programación del baloncesto nacional
La Secretaría de Fiba Américas anunciaba ayer, con optimismo, que ya Brasil, Colombia y Venezuela han dado seguridades sobre la participación de sus equipos en el torneo continental de clubes de 2014.
La Federación anuncia, por otra parte, que esta semana tomará decisión sobre el entrenador para el equipo nacional al pre mundial del próximo agosto en Caracas.
Y el Ministro del Deporte, a su vez, manifiesta a las autoridades internacionales el deseo de solicitar la sede para el mundial 2014.
Con respecto a lo primero, se espera que el baloncesto venezolano esté representado por equipos bien constituidos (campeón y subcampeón, sería lo ideal), evitando el «vente tu» de este año, que condujo al par de papelazos preanunciados (derrotas por 30 y 40 puntos), que por supuesto no ha merecido un mea culpa. Confiamos -aunque esas cosas no se dejan colar- que la Fiba, copartícipe del desaguisado, haya exigido condición competitiva, y como estuvo presente el director ejecutivo de la LPB, eso esté garantizado. Sería el acto de contrición. Pero el asunto tiene más profundidad, pues apunta a la programación del baloncesto rentado, tema para otro momento.
Sobre lo segundo, luce un acierto la información de que el escogido está entre Sergio Hernández y Néstor «Che» García, ambos argentinos y con suficientes credenciales. Aunque el lapso de trabajo luce insuficiente, el «back-ground» de ambos está avalado por el progreso de la disciplina en su país y su aporte puede ser muy importante para el baloncesto nacional, más allá inclusive del torneo inmediato.
Ahora bien, lo de la sede del mundial replantea lo considerado en otras ocasiones. La falta de una planificación permanente, que incida en el desarrollo de los jóvenes talentos y forme la base para una selección a futuro, con el necesario seguimiento para la renovación. Es decir, menos inmediatismo, trabajo a mediano y largo plazo.
Desde hace por lo menos diez años (cuando Néstor Salazar era el DT), estamos oyendo la palabrita renovación. No ha sido tal. Ingresan nuevos jugadores a la selección, es cierto, pero el trabajo solamente se realiza para asistir a un Suramericano o un Torneo de las Américas. Unas semanas, un mes de entrenamiento, la competencia…y hasta la próxima cita que imponga el calendario internacional.
Sin un programa de desarrollo permanente, dirigido a los jóvenes jugadores y a sus necesidades individuales, las reuniones periódicas para la convivencia de estos entre sí y con otros de mayor experiencia, con los naturales entrenamientos y topes competitivos, será imposible tener una selección estable ni mucho menos continuidad.
Para 2019 habría tiempo de ver resultados, si se comienza ahora. Si se trabaja solo para el premundial (pensando en el viaje a España como la gran meta), seguiremos en lo mismo. AN