No podemos echar para adelante con dos mitades marchando en sentido contrario. Eso no puede seguir pasando
Brian Fincheltub / Brian@juventudsucre.com / Twitter: @Brianfincheltub
Primero que todo enviamos nuestras más sentidas condolencias a familiares, amigos y seguidores del presidente Chávez. Un hombre que para bien o para mal transformó la historia de nuestro país a través de un proyecto político que tuvo seguidores y detractores, pero que marcará nuestra nación para siempre. Particularmente nunca fui partidario de sus ideas, pero en el plano personal lamento la perdida, esperamos este momento sirva de profunda reflexión para el país entero y demostremos que el odio nunca se sembró en nosotros asumiendo una posición de absoluto respeto.
La muerte del presidente Chávez nos obliga a realizar ciertas consideraciones políticas, que en modo alguno irrespetan la memoria del líder del oficialismo, sino que la revitalizan en momentos donde el destino del país depende del resguardo que hagamos los ciudadanos del camino constitucional: “Dentro de la constitución todo, fuera de ella nada”. Esa es la máxima que debe inspirar cada decisión de los poderes del Estado en este momento.
Venezuela se abre camino a una transición, en un escenario que nadie hubiese querido, pero que nos toca vivir como generación. Como jóvenes nos toca defender las conquistas sociales que se alcanzaron durante el gobierno Chávez y sobre las cuales hay un consenso general, pero también nos toca reunificar el país, terminar de una vez por todas con tanta división. No podemos echar para adelante con dos mitades marchando en sentido contrario. Eso no puede seguir pasando y para eso el discurso de ambos bandos tiene que cambiar, porque Venezuela definitivamente no será la misma.
Debe evaluase en su justa medida el sacrificio de un hombre por el país, un hombre que dejó su vida en unas elecciones para garantizar la continuidad de la “revolución”, porque precisamente no confiaba en su entorno. Ese entorno que tanto ha criticado el pueblo oficialista, quien siempre exculpó a su líder al decir “Chávez no sabe nada, la culpa es de quienes lo rodean”. Solo el tiempo será el encargado de darle su lugar en la historia.
Lo cierto es que ahora estamos en manos de ese entorno tan criticado hasta por los propios oficialistas. Queda esperar que no conviertan la palabra de Chávez en un cheque el blanco para saltar la constitución nacional, la única hoja de ruta que debe unificarnos a todos. Tenemos la oportunidad de hacer las cosas distintas por el bien del país o nos iremos al barranco.
La gente espera una transición democrática en paz y tranquilidad. Con elecciones donde cada quien pueda expresarse libremente sobre el futuro de nuestra Venezuela. En este momento la negociación no es sinónimo de venta de ideales, nadie hipoteca su pensamiento cuando la estabilidad y gobernabilidad están en juego. Estamos seguros privará el sentido común y seremos capaces de escucharnos.
Quienes amaron a Chávez y quienes no compartimos su proyecto político vivimos en un solo país. Que seguirá su marcha sin tropiezos guiado por la constitución nacional. Que nadie se equivoque en el camino a seguir. Podemos levantarnos si todos ayudamos a empujar la patria hacia arriba ¡Vamos Venezuela!