Son antiestéticas y pueden transformar el rostro de una persona. Las bolsas son el problema de muchas mujeres y hombres, que en tiempos de crisis, buscan soluciones económicas para acabar con ellas. Para todas estas personas vamos a dar unas sencillas recetas de remedios caseros. Pero sobre todo hay que recordar, nos explica la fitoterapeuta Marta Guerrero, que lo más importante es la constancia. Sin ella no hay remedio casero que valga.
Un vez que lo tenemos claro vamos a ponernos manos a la obra, con estos tres remedios, con los que además se conseguirá una menor sensación de cansancio. Para hacer los dos primeros necesitaremos un aceite esencial, que hará las veces de vehiculizante; para el tercero utilizaremos el mítico pepino, aunque en esta ocasión, le hemos añadido un compañero de viaje.
Aloe vera y aceite de oliva
El aloe Vera, es el aceite esencial que nos recomienda Marta Guerrero porque es fácil de conseguir y “aunque es un poco caro (alrededor de 20€), se rentabiliza ya que sólo utilizaremos unas gotitas”. Es tan sencillo como añadir el aceite de oliva a una cucharada de madera “nunca de hierro”, nos aconseja la experta, y una gota de aceite esencial de aloe vera. Esa mezcla se mete en la nevera, se deja enfriar, y se aplica con unos pequeños golpecitos en la zona de las bolsas, antes de acostarnos o mientras vemos la televisión o nos relajamos. Hay que dejarlo actuar durante unos 10-15 minutos. Repetimos la acción todos los días.
Aloe Vera y manzanilla
En esta ocasión preparamos una infusión de manzanilla y la dejamos enfriar. Le añadimos dos gotas de aceite esencial de aloe vera y metemos la mezcla en la nevera Una vez fíra, la aplicamos con discos de algodón. “Al igual que el anterior lo dejamos entre 10-15 minutos” y lo retiraremos con el mismo algodón”, explica Guerrero.
Pepino y patata
Cogemos un trozo no muy grande de patata y lo machacamos en el mortero. Después se añade la rodaja de pepino y se mezcla todo. Nos lo ponemos durante 10-15 minutos y lo retiramos con agua fría realizando movimientos que no sean de arrastre. “Para terminar, añade Marta Guerrero, aplicamos nuestra crema hidratante habitual o una de caléndula”.
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