Se dice que la vida da muchas vueltas. En el caso de Yovani Gallardo, el juego entre México y Estados Unidos en el Clásico Mundial de Beisbol 2013 fue un ejemplo perfecto de ello.
El 7 de marzo del 2006, en la primera edición del Clásico, la selección mexicana se midió al equipo estadounidense aquí mismo en el Chase Field. Entre los 32, 727 espectadores estuvo un prospecto del pitcheo de los Cerveceros de Milwaukee, quien tomó un descanso de sus entrenamientos de liga menor para asistir al partido. Ese prospecto de llamaba Yovani Gallardo, quien siete años después brillaría en este mismo estadio como as del equipo mexicano que derrotó a los Estados Unidos.
El sábado, el nacido en Michoacán y criado en Texas se tomó un tiempo para reflexionar sobre el salto de las gradas al montículo.
“Fue un gran ambiente”, relató Gallardo al hablar de aquella experiencia como fanático en el 2006. “Recuerdo que estaba sentado ahí, deseando en algún momento tener la oportunidad de pisar ese terreno y jugar”.
Efectivamente, siete años después Gallardo tuvo esa oportunidad y la aprovechó a plenitud, lanzando 3.1 entradas de dos hits, una sola vuelta y cuatro ponches ante un equipo estadounidense repleto de jugadores de Grandes Ligas.
En marzo del 2006, los resultados fueron diferentes. Las únicas carreras del partido fueron anotadas con jonrones solitarios de Derrek Lee y Chipper Jones. Pero fue un encuentro cerrado todo el tiempo, con anticipación y nervios por doquier y con una fuerte presencia mexicana en el público.
“Lo recuerdo como si fuera ayer”, dijo Gallardo, quien compró los boletos y asistió a aquel juego junto a su esposa, su hijo y su representante. “Estaba nervioso, bien nervioso…hasta un poco más nervioso que (el viernes). Estaba viendo un equipo al que quería pertenecer en algún momento de mi carrera”.