Las personas que pasaron de la falta de empleo a un puesto de mala calidad tenían un riesgo mayor de deprimirse con el paso del tiempo, revela un estudio publicado en la revista BMC Public Health
Para que una persona goce de una buena salud mental no alcanza con tener un trabajo, ya que necesita que ese empleo sea bueno y satisfactorio.
A dichas conclusiones llegó un estudio realizado por la Universidad Nacional de Australia y publicado en la revista BMC Public Health. “Nuestra investigación encontró que las personas con trabajos de baja calidad – es decir empleos que son inseguros, no brindan expectativas de crecimiento o implican altos niveles de tensión – no tienen una mejor salud mental que los desempleados. De hecho, observamos que las personas que pasaron de la falta de trabajo a un puesto de mala calidad tenían un riesgo mayor de deprimirse con el paso del tiempo”, dijo Liana Leach, la autora principal.
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Estudios previos encontraron que los individuos con empleo cuentan con una mejor salud mental que aquellos que están desempleados, pero Leach aclaró que “como resultado de investigaciones anteriores, el foco ha estado puesto en la participación en la fuerza laboral como un medio para lograr un mayor bienestar. La idea es que si una persona consigue un trabajo, sus circunstancias socio-económicas, de salud y personales mejorarán”. Sin embargo, la autora advirtió que su reciente investigación muestra que esta relación no es tan simple.
Los investigadores encontraron que el empleo no está necesariamente asociado a un mayor bienestar. De hecho, algunas personas que pasaron del desempleo a un trabajo de mala calidad mostraron un riesgo mayor de estar deprimidos en comparación con aquellos que seguían buscando trabajo.
Leach dijo que los empleadores deben tomar más conciencia del rol que tiene la empresa en el bienestar de los trabadores y, por lo tanto, debe pensar a fondo qué les pide que hagan. “Nuestra investigación subraya la importancia de que los empleadores se esfuercen por proveer ambientes de trabajo de buena calidad, algo que se asocia a un buen apoyo, seguridad y demandas laborales realistas”, subrayó la autora.