Esquema levantado por Chávez muestra desequilibrios y agotamiento
La muerte de Hugo Chávez cierra un ciclo en la historia nacional. Al mismo tiempo abre las puertas a una conducción política que, entre otras cosas, deberá asumir el modelo económico levantado por Chávez en casi tres lustros.
Las cifras oficiales muestran una economía con evidentes desequilibrios y señales de agotamiento. Una dependencia extrema del petróleo -96% de los ingresos del país provienen de la venta de crudo-, alta inflación, un déficit fiscal que empujó a una devaluación de la moneda de 46,5% hace un mes y una industria nacional estancada son algunas pinceladas del paisaje económico.
En el Plan de la Patria para la Gestión Bolivariana Socialista 2013-2019, ideado por Chávez y que el Presidente encargado, Nicolás Maduro, ya levanta como mapa de ruta, se trazó el objetivo de «profundizar» el socialismo.
«No nos llamemos a engaño: la formación socioeconómica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista. Ciertamente el socialismo apenas ha comenzado a implantar su propio dinamismo interno entre nosotros», escribió Chávez en el preámbulo del texto.
Tras su victoria en la elección del 7 de octubre de 2012, Chávez insistió en la necesidad de ser más eficientes hasta el punto que creó un ministerio para evaluar la marcha de las empresas y proyectos estatales.
Pero ¿Será suficiente una mayor eficacia? Ante este cuadro económico ¿Es sostenible el denominado socialismo del siglo XXI?
Para el director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, es indudable que el modelo está «llegando a su límite» y se requieren cambios. Asegura que hasta ahora las «deficiencias» se han podido disimular gracias a la enorme renta petrolera.
El economista recuerda que en 2006 el confort de la economía estaba garantizado con un barril de petróleo a 48 dólares, pero ahora se requiere que por lo menos esté en 90 dólares debido a los compromisos del Gobierno. «Es un estado que ha crecido muy por encima de sus posibilidades», sostiene Oliveros.
Aunque no considera que en el corto plazo cambien las premisas fundamentales del modelo económico, el economista espera que al menos haya más flexibilidad en tres áreas: la petrolera, la cambiaria y la fiscal. «El chavismo para sobrevivir necesita cambiar».
¿Socialismo productivo?
Víctor Álvarez, ex ministro de Industrias Básicas y Minería, ha analizado las políticas económicas de los últimos años. En su libro ¿Hacia dónde va el modelo productivo?, publicado en 2009, Álvarez advertía que el crecimiento económico de los últimos años era de poca calidad, ya que ocurrió a expensas de una desindustrialización.
«Todo crecimiento que no se apoye fundamentalmente en la manufactura y la agricultura -que son los sectores que proveen los bienes para satisfacer las necesidades básicas y esenciales de la población-, es un crecimiento de mala calidad, toda vez que no contribuye a la soberanía productiva y, más bien, refuerza la dependencia de las importaciones».
En este sentido, Álvarez ha propuesto más recientemente en otros escritos la necesidad de alcanzar la «industrialización socialista» para hacer sostenible el modelo de repartición de riqueza y las nuevas formas de propiedad surgidas en los últimos años.
«La lección fue clara: apostar a la desaparición de la economía capitalista sin haber creado antes la nueva economía socialista es el atajo perfecto para quedar atrapados en un círculo vicioso de caída de la producción, escasez, acaparamiento, especulación, inflación, desempleo y creciente malestar social», expresó en un artículo publicado en enero pasado.
Agencias