(La Voz /AA).- Para la Policía Científica no están claras las circunstancias en que se produjo la muerte de Yair José Figueroa Galindo, de 2 años de edad la noche del domingo cuando estaba en su casa ubicada en la carretera vieja Caracas-La Guaira. Hay quienes señalan que los disparos que segaron la vida del pequeño iban dirigidos a su padre, quien se encontraba en el interior de la vivienda.
Eran cerca de las 7:30 de la noche cuando los azotes llegaron disparando contra la casa donde el niño vivía con sus padres. En la sala estaban sus progenitores, su abuela y su hermana de apenas un mes de nacida. Cuando se produjeron los disparos los adultos se lanzaron al piso. Al intentar tomar al niño se dieron cuenta de que estaba herido. Una bala le entró por el cuello y otra le impactó en el pómulo izquierdo.
La abuela de Yair fue quien lo sacó en brazos hasta la calle y los vecinos la ayudaron para ingresarlo al CDI de El Limón, desde donde salió en una ambulancia hacia el hospital Miguel Pérez Carreño. El niño no decía nada en el trayecto, solo agonizaba hasta que su corazón dejó de latir.
Los asesinos fueron presuntamente dos hombres que se pararon frente a la casa, en el estrecho callejón del sector Nuevo Día y abrieron fuego sin clemencia contra la vivienda.
La madre del niño, Dévora Galindo, tiene apenas 20 años y se dedica a los oficios del hogar. Era quien cuidaba de los pequeños mientras su esposo se ganaba la vida laborando como albañil. La familia no cree en la versión de que los tiros iban dirigidos al padre del niño porque aseguran que el hombre estaba de pie y era fácil haberlo herido.
Algunos disparos pasaron entre el espacio de la puerta y el marco ya que estaba entreabierta. Dos proyectiles perforaron el metal y continuaron su recorrido hacia la parte interna de la casa.